Desde que Canon anunció la montura RF pudimos ver claramente que era el nuevo sistema por el que iba a apostar no a largo plazo, sino ya. Las primeras cámaras entraron tímidamente, con unas características limitadas pero con un abanico de objetivos espectacular. Esto último fue lo que presagiaba que iban muy en serio.
Toda la nueva gama RF con el sello L tiene una construcción muy pareja, con un acabado negro que tiende a mate en objetivos de corto alcance y un anillo extra al que podemos elegir su función.
En términos generales se puede decir que son grandes, quizás más grandes que su equivalente en montura EF y ligerisimamente más pesados.
Pero vayamos por partes y hablemos de los siguientes objetivos el RF 50 1.2 y el 28-70 f2.
Hace unas semanas Sony me prestó muy amablamente la nueva y flamante revisión de la Sony A7III que probamos en este blog hace varios años. Es la Sony A7IV y por supuesto, viene con todas las mejoras que estábamos pidiendo.
Así pues, vamos a entrar en materia e ir directo al grano:
Por fin tiene una pantalla totalmente abatible, de bisagra las llamo yo. Ya podemos disparar en cualquier ángulo sin necesidad de tumbarnos en el suelo o subirnos a una silla.
La pantalla ya es totalmente táctil, ya sea durante la toma como en los menús y opciones.
Hablando de menús, siguen la continuidad del nuevo diseño que ya vimos con la Sony A1. Por fin unos menús intuitivos y fáciles de usar. Eso si, me gusta más en formato de scroll horizontal que en vertical para este tipo de pantallas.
El cuerpo ahora cuenta con ¡4 ruedas! totalmente configurables. Podemos cambiar desde la velocidad de obturación, apertura, ISO y lo que se nos ocurra. Además la rueda trasera cuenta con pulsación de cruceta, es un dos en uno que deberían añadir a partir de ahora en todas las cámaras.
La ergonomía sigue siendo justa en cuanto altura, es fácil tener el meñique fuera de la empuñadura. A favor, consigue unas dimensiones muy reducidas y ser un equipo muy compacto.
La construcción me ha resultado menos «premium» que la A7III que parecía más una caja metálica. Tiene un diseño actual y sigue la tendencia de un tipo de material más «plasticoso» pero de buena calidad. La goma del grip se sujeta de maravilla.
Tiene una cantidad de botones enorme repartidos por todo el cuerpo. Podemos tener todo tipo de configuraciones personalizadas a mano, sin necesidad de entrar en los menús.
El visor es grande y luminoso. La pantalla se ve muy bien, el refresco es bueno así como el brillo. Ya casi se acerca a la comodidad de disparar con un visor óptico, el cual por ahora sigue siendo mi preferido.
Una vez hecho un repaso por las principales características que he podido comprobar al poco tiempo de sacar la cámara de su caja, pasemos al momento que empezamos a trabajar con ella.
Lo primero que noto y viene siendo una característica habitual en las cámaras Sony, es su botón de disparador super esponjoso. Tiene mucho recorrido, y aunque la zona de bloqueo está bien marcada se me hace demasiado. Todo es acostumbrarse, no es una pega, es una observación.
El AF a la cara y al ojo se pone a la altura de la competencia, no sería capaz de decir si está por encima o por debajo, pues me ha dado la sensación de ser más rápida detectando, pero más rápida perdiendo el enfoque. Cuando hablo de rápido o lento, me refiero a fracciones de segundo. No hay apenas diferencias, solo perceptibles por flipaos como yo.
Algo de lo que he pasado nota, es la necesidad de un aviso en el que mientras estamos haciendo fotos sepamos si estamos usando enfoque continuo o simple. A mi me gusta tener el botón de cambio cerca, y por cosas del uso a veces se cambia sin querer. El sistema que usa mi cámara es cambiar los iconos de seguimiento en azul o verde según el modo elegido.
También las opciones en cuanto a la hora de configurar el seguimiento se me han hecho escasas. Y considero que esta cámara es el modelo que más debería permitir la elección en este aspecto, pues me parece la más polivalente de la gama A7 IV.
La ráfaga se queda en 10 fotos por segundo, nada mal… pero ojo porque ya casi cualquier cámara actual se va a 15 e incluso 20 fotos por segundo con obturador electrónico (hablamos dentro de la misma gama o rango de precios). Es por ello, que quizás no es la cámara que uno tenga en mente para aves o deportes, aunque es perfectamente válida y para muestra unas fotos.
Por supuesto, siguen manteniendo el disparo con obturador mecánico y con opción de elegir el electrónico. No he notado diferencia entre uno u otro. Bueno si, que cuando disparo con el electrónico sigo sin enterarme si estoy haciendo la foto (no logro acostumbrarme).
La resolución de 33 megapixel me parece perfecta, bueno perfecta no, lo siguiente. Creo que es la resolución ideal para el fotógrafo que combina reportaje social con estudio, o sea yo. No se queda corta en detalle, pero tampoco se pasa de peso con los archivos, consiguiendo unas bibliotecas muy manejables incluso con miles de fotos.
El ISO es realmente bueno en relación a la resolución. Suficiente para trabajar a 3200 sin inmutarnos e incluso a 6400 tampoco me preocuparía mucho más. A partir de este rango, ya le pesa.
Algo que me ha gustado mucho es el color, sobre todo en las pieles. Muy fiel y muy natural.
El rango dinámico está dentro de lo esperado, con unas recuperaciones más que de sobra, trabaja bien con buena luz y no se queda corta en la oscuridad.
El brillo e intensidad de los colores está muy potenciado y se consiguen imágenes muy vibrantes con una edición adecuada.
La cámara es resistente al polvo y a la humedad, no así a los baños. Aunque su comportamiento fue excelente en momentos de chapteo como se puede ver en las fotos.
Mención especial al video, pues es una cámara que está dando muy buenos resultados, pues los compañeros profesionales que la usan para esa tarea, están super contentos. Yo en este aspecto no tengo nada que aportar, ya que no lo probé y tampoco me veo capacitado para analizar dicha característica.
En resumidas cuentas:
La Sony A7IV es la cámara que estábamos esperando, es la evolución lógica que nunca se hace y que esta vez si se ha hecho. Es como si hubieran escuchado todas las opiones de la gente y las hubieran reunido en un solo cuerpo.
Sony ha hecho un trabajazo con este modelo. Será muy complicado que no te guste.
A continuación dejo disponible el enlace a la siguiente carpeta con diferentes RAW para que podáis probar por vosotros mismos la edición.
Soy poseedor de todo tipo de modelos de cámaras y de diferentes marcas. Tengo mis predilecciones pero eso no quita que disfrute con cualquier equipo.
Mi última Olympus ha sido una Pen 8 con la que disfruto mucho y ahora usa mi hija Emma con 7 añitos, que es con la que está aprendiendo fotografía.
Últimamente estoy escuchando muy buenas palabras sobre las bondades de los nuevos equipos de Olympus, así que decidí acercarme a la gama pro a través de Fotocasión, quienes muy amablemente me prestaron todo el equipo que les pedí.
Aunque una de las opciones era probar un fantástico tele zoom, preferí usar unas distancias focales con las que estoy más a gusto trabajando. Tampoco descarto en un futuro usar otro tipo de lentes.
Llevo más de 10 años como fotógrafo especializado en bodas, y necesitaba un salto de calidad sobre todo en ISO. Después de haber tenido toda la gama de Canon de 5D y encontrarme limitado en unos 1600 cómodos y 3200 algo forzados, estaba esperando el momento para poder mejorar este factor determinante para mi trabajo, en uno o dos pasos.
También estoy migrando todo mi equipo a sin espejo, ya que el peso y tamaño es fundamental, aparte del brutal AF y seguimiento de las cámaras de gama alta actuales.
Mi primer acercamiento con las sin espejo en Canon (ya que tardaron en subirse al carro) fue con la Canon RP y la verdad que quedé encantado, incluso he llegado a hacer bodas completas con esta cámara. Pero cuando salió la nueva gama R6 y R5 lo tenía claro. No necesito muchos megapixel, pero si quería un AF rápido, seguimiento preciso y un ISO a la altura. Y viendo que compartía sensor con la Canon 1Dx MKIII mis expectativas eran bastante altas.