Hola, mi nombre es Vicente Alfonso. Soy fotógrafo profesional. Este es mi blog donde publico un poco de todo sobre el mundo de la fotografía. No te pierdas mis consejos y trucos sobre este maravilloso arte.
Si pudiera resumir mi vida en pocas palabras, diría que la pasión por la fotografía que surgió a principios del 2000 hizo dar un giro radical a mi vida, pues después de haber estudiado una ingeniería decido dejarlo todo y volver a empezar para hacer lo que realmente me apasiona.
Actualmente soy fotógrafo profesional y me dedico exclusivamente a la fotografía.
1 de enero de 2023 ¿tiene sentido que siga escribiendo en este blog?
Aquí fue donde empecé a compartir mis inicios en el mundo de la fotografía. Un blog que me ha visto crecer como fotógrafo, que me ha visto evolucionar y llegar hasta aquí.
Soy 15 años más viejo desde el día que decidí montar este wordpress sobre fotografía, escribir sobre todo lo que iba aprendiendo, y compartir en aquella fantástica comunidad fotográfica que nos brindó el ya lejano 2008.
Todavía hoy me apetece seguir escribiendo y compartir fotografía con todos vosotros. Porque aunque la continuidad es muy importante, lo es más hacer lo que te apetece. Y hoy me apetece hablaros de mis últimos retratos que realicé en diciembre de 2022.
La historia es muy sencilla. Me gustan mucho los retratos de Dan Winters, me gusta la ambientación made in Hollywood.
Mientras estaba durmiendo una placentera siesta y soñaba con todo eso. Me desperté de repente, me quedé fijo mirando al techo y decidí preparme junto a mi familia e ir directos al estudio con una idea muy clara.
Lo mejor de todo, es que el resultado es tal cual lo había imaginado.
Esquema de iluminación – Vicente Alfonso fotógrafo retrato.
El esquema de iluminación se basa en un octa a 45º para esa iluminación Rembrandt que tanto me gusta. El octa va muy cerquita. Quizás lo más complicado es conseguir el punto adecuado del snoot con la luz de fondo, que es el 80% de la foto, pues nos da una separación y volumen muy importante.
El perfil de color acompaña esa ambientación y estética que buscaba. Los colores tienden al verde, que funciona muy bien junto con el fondo y el toque marrón del apoyo.
Todo el retoque está realizado con lightroom:
Ajuste de pieles.
Ensalzado de ojos.
Suavizado de ciertas sombras.
Eliminación de algunas manchas.
Perfil de color exclusivo para esta serie.
Termino esta entrada con el mismo tema que empezó ¿Tiene sentido seguir escribiendo sobre fotografía en un blog?
El mercado es video: youtube, tiktok e instagram. Video rápidos y sencillos donde ver todo el proceso. Youtube es una buena biblioteca. Mientras que Tik Tok tengo la sensación de que todo es historia, no tiene un buen buscador y se basa más bien en ver y olvidar, de la misma manera que los Reels en instagram.
Y aunque cada vez se tiende a leer menos y a escuchar más, todavía quedamos clasicazos y blogs de fotografía que nos resistimos a dejarlos morir.
Desde que Canon anunció la montura RF pudimos ver claramente que era el nuevo sistema por el que iba a apostar no a largo plazo, sino ya. Las primeras cámaras entraron tímidamente, con unas características limitadas pero con un abanico de objetivos espectacular. Esto último fue lo que presagiaba que iban muy en serio.
Toda la nueva gama RF con el sello L tiene una construcción muy pareja, con un acabado negro que tiende a mate en objetivos de corto alcance y un anillo extra al que podemos elegir su función.
En términos generales se puede decir que son grandes, quizás más grandes que su equivalente en montura EF y ligerisimamente más pesados.
Pero vayamos por partes y hablemos de los siguientes objetivos el RF 50 1.2 y el 28-70 f2.
Hace unas semanas Sony me prestó muy amablamente la nueva y flamante revisión de la Sony A7III que probamos en este blog hace varios años. Es la Sony A7IV y por supuesto, viene con todas las mejoras que estábamos pidiendo.
Así pues, vamos a entrar en materia e ir directo al grano:
Por fin tiene una pantalla totalmente abatible, de bisagra las llamo yo. Ya podemos disparar en cualquier ángulo sin necesidad de tumbarnos en el suelo o subirnos a una silla.
La pantalla ya es totalmente táctil, ya sea durante la toma como en los menús y opciones.
Hablando de menús, siguen la continuidad del nuevo diseño que ya vimos con la Sony A1. Por fin unos menús intuitivos y fáciles de usar. Eso si, me gusta más en formato de scroll horizontal que en vertical para este tipo de pantallas.
El cuerpo ahora cuenta con ¡4 ruedas! totalmente configurables. Podemos cambiar desde la velocidad de obturación, apertura, ISO y lo que se nos ocurra. Además la rueda trasera cuenta con pulsación de cruceta, es un dos en uno que deberían añadir a partir de ahora en todas las cámaras.
La ergonomía sigue siendo justa en cuanto altura, es fácil tener el meñique fuera de la empuñadura. A favor, consigue unas dimensiones muy reducidas y ser un equipo muy compacto.
La construcción me ha resultado menos «premium» que la A7III que parecía más una caja metálica. Tiene un diseño actual y sigue la tendencia de un tipo de material más «plasticoso» pero de buena calidad. La goma del grip se sujeta de maravilla.
Tiene una cantidad de botones enorme repartidos por todo el cuerpo. Podemos tener todo tipo de configuraciones personalizadas a mano, sin necesidad de entrar en los menús.
El visor es grande y luminoso. La pantalla se ve muy bien, el refresco es bueno así como el brillo. Ya casi se acerca a la comodidad de disparar con un visor óptico, el cual por ahora sigue siendo mi preferido.
Una vez hecho un repaso por las principales características que he podido comprobar al poco tiempo de sacar la cámara de su caja, pasemos al momento que empezamos a trabajar con ella.
Lo primero que noto y viene siendo una característica habitual en las cámaras Sony, es su botón de disparador super esponjoso. Tiene mucho recorrido, y aunque la zona de bloqueo está bien marcada se me hace demasiado. Todo es acostumbrarse, no es una pega, es una observación.
El AF a la cara y al ojo se pone a la altura de la competencia, no sería capaz de decir si está por encima o por debajo, pues me ha dado la sensación de ser más rápida detectando, pero más rápida perdiendo el enfoque. Cuando hablo de rápido o lento, me refiero a fracciones de segundo. No hay apenas diferencias, solo perceptibles por flipaos como yo.
Algo de lo que he pasado nota, es la necesidad de un aviso en el que mientras estamos haciendo fotos sepamos si estamos usando enfoque continuo o simple. A mi me gusta tener el botón de cambio cerca, y por cosas del uso a veces se cambia sin querer. El sistema que usa mi cámara es cambiar los iconos de seguimiento en azul o verde según el modo elegido.
También las opciones en cuanto a la hora de configurar el seguimiento se me han hecho escasas. Y considero que esta cámara es el modelo que más debería permitir la elección en este aspecto, pues me parece la más polivalente de la gama A7 IV.
La ráfaga se queda en 10 fotos por segundo, nada mal… pero ojo porque ya casi cualquier cámara actual se va a 15 e incluso 20 fotos por segundo con obturador electrónico (hablamos dentro de la misma gama o rango de precios). Es por ello, que quizás no es la cámara que uno tenga en mente para aves o deportes, aunque es perfectamente válida y para muestra unas fotos.
Por supuesto, siguen manteniendo el disparo con obturador mecánico y con opción de elegir el electrónico. No he notado diferencia entre uno u otro. Bueno si, que cuando disparo con el electrónico sigo sin enterarme si estoy haciendo la foto (no logro acostumbrarme).
La resolución de 33 megapixel me parece perfecta, bueno perfecta no, lo siguiente. Creo que es la resolución ideal para el fotógrafo que combina reportaje social con estudio, o sea yo. No se queda corta en detalle, pero tampoco se pasa de peso con los archivos, consiguiendo unas bibliotecas muy manejables incluso con miles de fotos.
El ISO es realmente bueno en relación a la resolución. Suficiente para trabajar a 3200 sin inmutarnos e incluso a 6400 tampoco me preocuparía mucho más. A partir de este rango, ya le pesa.
Algo que me ha gustado mucho es el color, sobre todo en las pieles. Muy fiel y muy natural.
El rango dinámico está dentro de lo esperado, con unas recuperaciones más que de sobra, trabaja bien con buena luz y no se queda corta en la oscuridad.
El brillo e intensidad de los colores está muy potenciado y se consiguen imágenes muy vibrantes con una edición adecuada.
La cámara es resistente al polvo y a la humedad, no así a los baños. Aunque su comportamiento fue excelente en momentos de chapteo como se puede ver en las fotos.
Mención especial al video, pues es una cámara que está dando muy buenos resultados, pues los compañeros profesionales que la usan para esa tarea, están super contentos. Yo en este aspecto no tengo nada que aportar, ya que no lo probé y tampoco me veo capacitado para analizar dicha característica.
En resumidas cuentas:
La Sony A7IV es la cámara que estábamos esperando, es la evolución lógica que nunca se hace y que esta vez si se ha hecho. Es como si hubieran escuchado todas las opiones de la gente y las hubieran reunido en un solo cuerpo.
Sony ha hecho un trabajazo con este modelo. Será muy complicado que no te guste.
A continuación dejo disponible el enlace a la siguiente carpeta con diferentes RAW para que podáis probar por vosotros mismos la edición.
Llevaba tiempo con ganas de probar la última Fuji X100 después de haber tenido la oportunidad de probar el primer modelo del cual hice un largo y extenso video de prueba por el centro de Madrid, hace ya muchos años.
Gracias a Fotocasion he tenido la oportunidad de probar la fuji X100V, el último modelo de esta serie y de la cual os cuento a continuación.
La cámara en sí mantiene la estética de sus anteriores versiones pero en un cuerpo ligeramente más grande, más robusto y con una construcción más seria. Su aspecto denota una cámara de calidad y de nivel, muy por encima de aquella primera versión que tenía un aspecto más plasticoso y de gama de entrada.
Su tacto es muy bueno, su agarre algo complicado y su manejo muy sencillo.
La novedad que más me ha gustado de esta versión, es la rueda para ISO. Muy elegante, práctica y muy rápida de usar.
Aunque es una cámara pensada para realizar todos los cambios de manera mecánica, también puedes activar todo sus sistema electrónico y no depender de ruedas y botones para cambiar entre cada acción.
Sinceramente, una cámara así la disfruto mientras giro ruedas y escucho un «clac» con cada cambio.
Dispone de visor electrónico que me parece suficiente, aunque no esperes una imagen amplia y nítida.
La pantalla es ligeramente abatible, y es la mejor opción para mi. Tampoco es que muestre una imagen limpia y viva, pero cumple sobradamente.
Dispone del enfoque más actual, con seguimiento a la cara y al ojo. No llega a la precisón de los modelos que uso para trabajar (cuestan casi el triple), pero no va nada mal. En acciones rápidas se puede llegar a sentir algo lenta.
El ISO es más que usable a 3.200 y aunque hay opciones superiores, ya noto la imagen algo borrosa.
De lo que más me ha gustado es el sensor. Nos da unos colores vibrantes, con una edición muy amplia y variable. Me gusta mucho el acabado final que se puede conseguir.
Mención especial a los buenos JPG que podemos sacar directamente de la cámara. Entre los filtros precocinados y su buen resultado en los archivos directos, no me veo con la necesidad de grabar en RAW.
La duración de la batería es algo limitada, aunque gracias a su conexión USB – C podemos cargarla con una powerbank mientras la usamos.
En términos generales, es una cámara muy versátil pero sobre todo divertida. No creo que cumpla de manera excepcional ningún tipo de fotografía, pero sin embargo es un producto ideal para disfrutar y llevarla siempre contigo.
Siempre he pensado que hay dos tipos de cámaras para mi: las de trabajo y las que están para disfrutar. La Fuji X100V, está dentro de mi segunda opción.
Ahora solo falta tener los 1.400 euros de sobra para tener una más en mi vitrina.