Si ha habido una pregunta que ha sido formulada a lo largo de los siglos, bueno al menos a lo largo de mis años como profesional es ¿Qué cámara me compro?
La he respondido de cien formas, con cientos de variables, pero al final hay un punto en común en la gran mayoría que considero es el kit de la cuestión.
En este video resumo y centro todo, en lo que considero que es lo que realmente buscáis cuando hacéis esta histórica pregunta.
Seguramente muchas personas se preguntan cual es el equipo fotográfico habitual para bodas. En mi caso os hablo personalmente de lo que me gusta usar y que ha ido cambiando a lo largo de los años.
También os digo, que aún habiendo pequeñas diferencias con respecto a otros compañeros, la similitud en términos generales puede ser mayor al 75%
Aunque empecé en el mundo profesional con la Canon 5D, pasando por la 5D MK2 y después dos 5D MK3, ahora le he cogido el gustillo a las cámaras sin espejo. Estoy muy contento con su menor peso, pantalla abatible y otras facilidades que nos ofrecen este tipo de cámaras, en mi caso la Canon RP.
La marca me da igual sinceramente, podría adaptarme a trabajar con cualquier tipo de equipo, solo necesitaría un mes de adaptación como mucho. He probado casi todos los modelos del mercado que se adaptan a mi trabajo, y puedo decir que todos tienen sus ventajas e inconvenientes fácilmente solucionables.
En cuanto a las lentes, siempre tiro de ópticas fijas por su gran apertura. En este caso opto por modelos USM, por su rápido enfoque, peso ligero y precio contenido. El que más me gusta es el 28 1.8 pues se adapta muy bien a las primeras horas de las bodas, en habitaciones y lugares con espacios reducidos. Después lo complemento con un poquito más de distancia focal, como es el 50 1.4 ó el 85 1.8 No suelo tirar con objetivos de mayor alcance.
Por supuesto, siempre tengo un equipo de respaldo por lo que pueda pasar. Trabajo con la Canon 5D MK3 y la RP, y una 5D MK2 de respuesto, así como un Canon 24-70 f2.8 que también se queda a la espera de alguna situación rocambolesca.
A esto le añado un par de flashes, un Canon 580 EX2 para usar en modo TTL y de relleno encima de la zapata de la cámara. Y un YN para usar de manera remoto para crear diferentes efectos, como luces de contra y flare.
Añadimos muchas tarjetas, baterías y un kit de limpieza por lo que pueda pasar.
Ya son más de 10 años haciendo bodas, con muchos trabajos a mis espaldas y por suerte (toco madera), nunca tuve un susto serio. En alguna ocasión he tenido algún error electrónico de la cámara, o problemas con los contactos del anillo de la montura, pero que siempre estuve ágil para resolver sin consecuencias.
Y para explicaros aún mejor mi equipo de trabajo, he preparado este video que espero os sea de interés.
Desde hace unas versiones atrás vengo arrastrando un problema con Lightroom. Al arrancarlo, se queda bloqueado durante más de un minuto, le cuesta cargar las carpetas, incluso a veces Windows da el aviso para forzar el cierre.
Ahora mismo estoy en la versión 9.2 y es posible o creo recordar, que me lleva pasando desde la nueva versión 9.0 o justo la anterior a ésta que era la 8.4.1 Lo que estoy seguro que no fue de repente, sino con una actualización.
Es la primera vez que recuerdo este tipo de problemas, en los más de 10 años que llevo usando LR (desde su primera versión).
La cuestión está, en que mi trabajo se centra completamente en este programa, y tener que borrarlo por completo, no es plato de buen gusto. Intenté optimizar el catálogo, probar con diferentes discos duros, pero el problema persistía.
Finalmente como casi todo en la informática, empezar de cero fue la solución.
Hay dos métodos para borrar LR, el primero te dice de mantener ciertos archivos, que te permitirán recuperar ciertas versiones para futuros problemas. Y otro que directamente elimina todo.
Probé con la opción de mantener y no solucionó el problema. Así que no me quedó otra que hacer una eliminación completa. Borré también las carpetas de adobe LR en program files.
Por lo que si estás en la misma situación, no te va a quedar otra que eliminar Lightroom por completo y volver a instalarlo. Por suerte y aunque pensé que no sería así, me mantiene los presets y las configuraciones de exportación. Así que tuve que tocar poco después de todo esto.
Esto último no sé si es porque lo tengo separado y no en las propias carpetas de instalación, o simplemente porque lo mantiene de igual manera. Así pues, que os mantenga los presets y tipos de exportación, no os lo puedo garantizar al 100%
Cuando tu afición se convierte en tu trabajo, hay veces que es complicado volver a apasionarse como el principio. Es difícil coger la cámara un día en el que no haya que trabajar y olvidarse de la rutina.
Para luchar contra ésto, tengo un método que me suele funcionar bastante bien y que se basa en dos pasos:
Coger una cámara que no suelas usar habitualmente. Esto es fundamental, ya que si coges el equipo de trabajo será complicado desconectar.
Aprovechar los días de paseo, en horas pocos comunes y llevar la cámara encima. El salir sin pensar en hacer fotos, pero tener una cámara contigo ayuda a desconectar y hacer lo que te apetece, sin ceñirte a la fotografía “políticamente correcta”.
Pero para que quede un poquito más claro, voy a desarrollar estos dos puntos.
El domingo es un día que suele ser excesivamente casero. Mi hija se queda aburrida en casa después de estar toda la mañana “enredando” y toca, salir a la calle para que nos de el aire en la cara.
La hora no importa, no vamos exclusivamente a hacer fotos, voy de acompañante, para que ella pueda salir a jugar. Pero de paso, cojo una cámara y un objetivo adecuado para la ocasión.
Voy a por mi Sony A6100 junto con un anillo Sigma para conectar mis lentes Canon. En esta ocasión elijo el Canon 28 1.8 Quiero una focal fija, poco peso y poco tamaño. Esta focal junto con el factor de multiplicación se queda entre un 40 mm, un buen punto de vista para dar paseos por la calle.
¿Por qué uso esa cámara? porque solo la saco para estas ocasiones. Porque me libera, porque no siento que esté trabajando, porque es más limitada que mi equipo principal y así hace que me tome la fotografía de otra manera.
Esto último es para mi fundamental, ya que salir con un equipo con el que tiro de media unas 200.000 fotos al año, hace que sea tan sumamente cotidiano y sencillo capturar un instante, que me quita la “chispa” de la novedad. Mientras que cuando salgo con un equipo más “limitado” en cuanto la rapidez de enfoque, con una cadencia de disparo diferente y que uso con menos frecuencia, me mantiene más vivo, más despierto en un día cotidiano y familiar.
Además procuro, que esa cámara con la que salgo a “jugar” sea de un tamaño discreto, que la pueda llevar con comodidad, casi en un bolsillo. Ni siquiera la pongo correa para no sentirme atado a ella. La llevo libre en la mano para disparar cuando me apetece.
Una vez en la calle aprovecho para jugar con las luces y sombras si está el día propicio. No pienso en la hora que voy a salir, no pienso en como va a estar la luz, dejo que esos factores jueguen a mi favor. Solo quiero disfrutar y no sentirme atado al protocolo “cliente”.
Ahora ya está en mi mano decidir que hacer. Tengo a mi hija para hacerla retratos, tengo toda la calle delante de mi para fotografiar el rincón que más me apetezca.
Y ya por fin, dispongo de todo el tiempo que quiero y la libertad de hacer lo que me apetezca. Puedo disfrutar de la fotografía de nuevo.