Sony A1 – La cámara orquesta

Una de las descripciones que más he usado en los últimos años referida a mi profesión, es «el hombre orquesta». Una definición que es un claro indicativo de lo que hemos tenido que ir aprendiendo con los años, aparte de saber hacer fotos.
Esta Sony A1 que muy amablemente me prestó la propia Sony España para trastear, es el claro ejemplo de lo que hablo. Una cámara con la que te puedes ir a comprar el pan por el pueblo, como ponerte a 300 en circuito.
La combinación de objetivos han sido:
- Sony 24-70 f2.8
- Sony 100-400 f4.5-5.6
- Sony 135 1.8
Durante una semana la he probado para hacer streetphotography, reportaje de exteriores, trabajo de estudio, en un Skatepark y para bajadas a toda velocidad en MTB. En total más de 10.000 fotos y unas sensaciones que os intentaré transmitir.
Para ello he preparado este artículo, además de compartir este video con vosotros, donde transmití mis impresiones en un directo en mi canal en Twitch.
Quizás no son las ópticas más indicadas para mi trabajo, en el que prácticamente solo uso lentes fijas de distancias focales por debajo de 100 mm, pero nos hemos adaptado y he intentado sacarle el máximo partido.
Lo primero que no podemos obviar y que llama mucho la atención, sobre todo para los no entendidos en la materia, es que es una cámara de 7.200 euros que a simple vista puede parecer «una compacta». Podéis estar tranquilos en pasear con la A1 y un objetivo pequeño, porque no va a llamar la atención.
Lejos de toda apariencia solo necesitamos tocarla y verla detenidamente, para darnos cuenta de todo su potencial, no solo una vez en marcha, sino en todo lo que rodea a su tacto, botones, ruedas y su disposición.
Lo primero que hice nada más ponerla en marcha, fue aprovechar todos los accesos directos que me han permitido usar la cámara prácticamente sin necesidad de usar ninguno de sus menús, algo de lo que también hablaremos más adelante, porque se han remodelado por completo.
Una rueda para velocidad de obturación, otra rueda para apertura, otra rueda para ISO, un botón para usar su factor de recorte digital, otra para cambiar modo de visualización… Y a esto le sumamos una rueda doble (de dos alturas) en la zona izquierda superior que me ha parecido una idea fantástica, donde podemos seleccionar el tipo de enfoque, y la ráfaga, las cuales podemos personalizar. Todas las ruedas incorporan un bloqueo para evitar falsos cambios.

La pantalla ahora por fin es completamente táctil, podemos usar todos sus menús y opciones de pantalla con un simple toque directo, así como también usarla como joystick digital, gesto pellizco para ampliar o reducir, de la misma manera que usar un móvil. También dispone de un joystick de palanca, a la que a mi parecer le falta recorrido y ser analógico. Justo encima hay un botón al que se me iba el dedo demasiadas veces sin querer, por lo que no me ha convencido del todo su posición y tenía que dejarlo sin función.
Los menús han sido rediseñados por completo, siendo a mi modo de ver mucho más sencillos de entender y navegar. También los colores, tipografía e interfaz es mucho más agradable de usar. En este aspecto han dado por fin un salto de usabilidad.
El cuerpo de la A1 como es de esperar es un alarde de sofisticación de materiales y sellado, pensada para usarse en las situaciones más extremas. Las tapas tanto de las tarjetas, como de la batería se bloquean con seguridad, sin esa sensación que suelen transmitir algunas cámaras de que a la mínima podemos partir sus pestañas. Por supuesto, doble tarjeta donde podemos usar tanto las clásicas SD como las nuevas CF Express para sacar todo el potencial a las máximas prestaciones. La batería por su parte tiene una duración de unas 1.500 fotos sin mucho problema, la he llegado a hacer algo más de 2.000, bastante más que las que garantiza el fabricante con tan solo unas 500 fotos.
El agarre es firme gracias a la ligera rugosidad y tacto de su empuñadura, aunque dado su reducido tamaño y peso puede que se nos escape algún meñique si tenemos las manos grandes. Da gusto tener tanto potencial en un tamaño y peso semejante.
¿Os he dicho que su sensor es de 35 mm y de 50 megapixel (8.640×5.760)? Esto por un lado puede ser un dolor cuando toca manejar muchos archivos o realizar un trabajo de muchas fotos, pero como bien explicaba en el título de arriba es una cámara a la cual la podemos adaptar a cada situación. La opción de recorte digital, pasando a 21 megapixel y 1,6x de distancia focal es algo que me ha encantado. Sino también tenemos la opción de usar RAW comprimido, HEIF o JPG.
En esta fotografía se usó el Sony 100-400. La toma de la izquierda a 100 mm y la segunda toma a 400 mm más el factor de recorte, lo que equivaldría a un 600 mm en un sensor de 21 megapixel.
Por un lado esos 50 megapixel son una maravilla a la hora de trabajar en estudio o cuando necesitamos el máximo detalle, sobre todo para retoque. Los cuales podemos usar con un RAW comprimido sin pérdida y otro con pérdida que reducen bastante el peso, y yo no he conseguido notar la diferencia sin ponerme con lupa a mirar cada pixel. Un archivo medio no pesa menos de 60 MB hasta algo más de 100 MB en casos más extremos, con ISO alto y máxima calidad.
Después con un botón de acceso rápido, paso a modo 21 MPX y la convierto en otra cámara diferente. Factor de recorte 1,6x, archivos más manejables y una mayor distancia focal ideal para trabajos en los que necesitamos grandes teles. Aparte que esa resolución es ideal para mi trabajo en bodas, donde disparo unas 4.000 fotos y busco sobre todo una combinación de calidad y manejabilidad de archivos equilibrada.
Es como tener un Ferrari en modo Sport y pasar a modo Cruise sin perder sus principales prestaciones, simplemente adaptándolo a la situación.
Hagamos ahora un inciso entre sus prestaciones y pasemos a la sensación de mirar a través de su visor y pantalla mientras estoy trabajando.
Su visor es sin duda alguna lo mejor que he visto hasta ahora. Amplio (9,4 millones de puntos), colorido, con mucho brillo y un refresco muy suave. No se le puede poner ninguna pega trabajando en exteriores y con luz, pero no es perfecto. En estudio como todos sabéis, debemos desactivar la simulación de exposición para poder ver la imagen que queremos enfocar, ya que sino quedaría totalmente oscura por los valores usados en el flash. Esto hace que tanto la pantalla como el visor tengan que forzar el brillo a valores que producen un ruido muy pronunciado en la imagen, lo que hacen que su uso no sea nada cómodo. Esto no es algo exclusivo de esta cámara, sino de todas las del mercado (de cualquier marca) que existen con sistema electrónico. Esperemos que en un futuro consigan mejorar esta tecnología e igualar a la comodidad del óptico en estas situaciones.
Destacar que la cámara puede llegar hasta 1/400 de velocidad de obturación a la hora de trabajar con flashes.
También me indican, que la cámara cuando detecta en la zapata un disparador o flash compatible, desactiva automáticamente la simulación de exposición (no lo he podido comprobar), siendo imposible dejarlo activado. Algunos usuarios me han comentado que les gustaría poder tener el control para poder desactivar este automatismo.
Por otro lado, se ha eliminado prácticamente el llamado «Blackout» que produce una imagen negra entre foto y foto, que molesta bastante cuando se está realizando un seguimiento. Algo que me pasa habitualmente con mi equipo de trabajo, aunque apenas me he podido fijar en este detalle, ya que me he acostumbrado bastante.
La pantalla sin grandes alardes de resolución (1,4 millones de píxeles), tamaño (3 pulgadas) y colorido me parece fantástica en cuanto a manejo y visión. El sistema táctil ya es total y extendido al 100% de sus funciones. Por otro lado, su sistema de movilidad me parece bastante reducida en cuanto a ángulos y posición. Y aunque esto permite una unión con la cámara más robusta y segura, limita bastante el poder usar la cámara para tomas cenitales o contrapicados a ras de suelo, algo muy útil en mi trabajo. Y sobre todo, para video.
Una cámara con la que se puede salir simplemente de paseo, por ser muy ligera y discreta.
Vamos a empezar a entrar en la materia que para mi y mi trabajo es la más importante, su enfoque y el ISO. Si hay algo que es imprescindible para un fotógrafo de bodas son estas dos características.
Hace poco que me pasé a sin espejo y algo que me parece ya imprescindible es el enfoque al ojo. En este modelo no solo tenemos para persona, sino también para animales y aves. El seguimiento es rápido, preciso y muy configurable. Quizás echo en falta que cuando se pierde el ojo, se adapte más rápidamente al rostro, siento como si no fuera un paso progresivo.
Entre todas las opciones de enfoque no he echado nada falta. El cambio de área o punto de AF es rápido y fácil de seleccionar con accesos directos o a través de la pantalla. Pasar de un área completa y AF al ojo, a un punto tamaño M por ejemplo y en un lateral, se hace en apenas un par de segundos. Tenemos todo tipo de opciones con apenas tres gestos. Después si queremos depurar y afinar más nuestras necesidades, tendremos unos menús específicos de enfoque para adaptar la reactividad, suavidad… etc. No habrá un lugar en la pantalla donde no podamos tener nuestro punto de AF.
A esto le añadimos una rueda exclusiva donde pasamos de AF simple a Continuo con un solo gesto, o pasar de 20 fotos por segundo a una toma única, con la rueda superior. Si hay algo impresionante, es la cantidad de botones y ruedas configurables que tenemos por todo el cuerpo.
Hay que tener en cuenta que una mejora importante es el rango EV en el que el enfoque es capaz de funcionar correctamente, siendo desde -4 hasta +20. Es posible que con poca luz o a contra luz no se tenga la respuesta que esperas usando el reconocimiento EYEAF, pero si usando el sistema de puntos.
El ISO con 50 megapixel es algo que te hace temblar, pero nada más lejos de la realidad. Muy controlable en valores de 1.600 y 3.200 más que suficiente para la gran mayoría de trabajos. Evidentemente me hubiera gustado un 6.400 más limpio o superior, pero con esta resolución estaba claro que con mantener unos niveles similares a la última A7 sería más que notable. Podemos elegir valores aún más altos, pero no son para nada usables, quizás el 12.800 con una luz muy controlada y para mostrar si acaso luego en internet a poca resolución, pueda ser útil.
El rango dinámico de la cámara es indiscutiblemente bueno (15 pasos según especificaciones), aunque siento de alguna forma que el trabajo de Adobe con los RAW en Lightroom aún le queda mucho por pulir y mejorar. Esta cámara da mucho más margen de maniobra con respecto a colores, luces y sombras, pero todos sabemos que la adaptación suele ser bastante lenta ya que cada RAW es propiedad de la propia empresa y esto suele hacer que un trabajo casi «nativo» tarde en llegar.
Aún así, no hay duda alguna que tendremos un amplio margen para corregir errores, tanto en el balance de blancos, combinación de tonos y por supuesto, en la exposición. O simplemente para realizar una producción más creativa mediante la edición.
Seguramente estabas esperando el momento ráfaga, una cámara que puede tirar hasta 30 fotos por segundo es algo que está en la mente de todos cuando nombramos la A1.
La cámara trabaja tanto en modo de obturador electrónico como mecánico. Con éste último tendremos hasta 10 fotos por segundo y con el clásico sonido de obturación. Que por un lado me ha sorprendido su amortiguación y lo silencioso que es, apenas se nota. Y una velocidad máxima de 1/8.000
Una vez activamos el obturador electrónico desaparece cualquier tipo de sonido (podemos activar un sonido digital) y nuestra cámara se convierte en un ninja. A partir de aquí tenemos que ir afinando las opciones para llegar al máximo de 30 fotos por segundo, pues solo es posible con este obturador y con el RAW comprimido con pérdida. Cualquier otra opción por encima «nos limitará» a unas nada despreciables 20 fotos por segundo… una bestialidad igualmente. Importante saber que el obturador electrónico nos permite velocidades de hasta 1/32.000
En este caso las fotos fueron realizadas por Susana mientras yo hacía de modelo e intentaba algunos saltos.
También hay que tener en cuenta que hay un número limitado de fotos en ráfaga según el sistema de archivo de grabación. Hasta un mínimo de unas 70 fotos seguidas en RAW hasta un máximo de 400 fotos si elegimos solo el formato JPG.
Dentro de esta ráfaga, podemos tener en la rueda lateral hasta 4 configuraciones diferentes en función de nuestras necesidades. Por ejemplo, la H+ será donde dispararemos hasta 30 fps, después en el resto de posiciones podremos elegir exactamente las fotos por segundo que queremos en cada marca 18-13-7… Recordad que si activamos en el menú el obturador mecánico esas opciones no se tendrán en cuenta si están por encima del límite. Es por ello, que tenemos la opción de obturador automático y la cámara elegirá uno u otro en función de las prestaciones que queramos usar.
Entre el seguimiento continuo y la ráfaga, es prácticamente como estar grabando a 50 megapixel y 30 fps. Es una auténtica locura. Esto me ha servido para elegir la foto en la que hasta el último detalle está en el punto y momento exacto que quiero usar.
Eso si, recomiendo tener mucho cuidado y usarlo con control. El obturador electrónico no suena absolutamente nada y en el momento que dejamos el dedo apretado unos segundos, nos juntamos con 100 fotos lo que equivale a casi 1 GB. En la sesión de MTB llené la tarjeta con casi 3.000 fotos en poco más de 30 tomas.
¿Obturador mecánico o electrónico? Las diferencias aunque cada vez menos, se pueden dar en lo siguiente:
- Banding: puede ser un problema a bajas velocidades de obturación con el sistema electrónico y cierto tipo de iluminación artificial.
- Rolling shutter: en barridos y fotografía de altas velocidades con movimiento usando el obturador electrónico.
- El electrónico no emite sonido.
- El electrónico permite una mayor velocidad de obturación.
- En estudio no puedo sincronizar los flashes con el obturador electrónico.
La elección ya depende de ti, la cual se puede hacer con un par de gestos en la pantalla o con un simple botón, o dejar que la cámara elija con su sistema automático.
Desde los comienzos de Sony en la fotografía, algo que siempre me gustó fue que sus cuerpos (la gran mayoría) incorporaban estabilización. En este modelo no iba a ser menos, con un sistema que permite hasta 5 pasos, algo que en la práctica es complicado de definir.
Detalles a tener en cuenta:
- Este modelo incluye su propio cargador de batería.
- También es posible cargar la batería en el interior de la cámara mediante un cable USB.
- Dispone de conexión USB tipo C, por lo que es posible cargarla mientras trabajamos a través por ejemplo, de una powerbank.
- Dispone de puerto RJ45 para una transferencia de imágenes a la máxima velocidad a través de la red.
- Conexión Wifi y Bluetooth tanto para manejar la cámara, como para conectar con diferentes programas y aplicaciones e importar las fotografías mientras se trabaja.
- No dispone de GPS, se puede usar el móvil para incrustar las coordenadas en cada toma mediante la app de Sony.
- NFC en un lateral para una conexión rápida y directa.
- Tiene por supuesto, entrada de mic, salida de audio, conexión para disparador remoto.
También insisto y vuelvo a avisar a Sony, que su app deja mucho que desear por un simple tema de funcionalidad en segundo plano. En el momento que bloqueamos el móvil, o entramos en otra app, la aplicación de Sony se cerrará y se desconectará de la cámara. Algo muy incómodo si queremos trabajar con el móvil en el bolsillo, ya sea para importar cada fotografía según se realiza, o si solo queremos usar el móvil como GPS.
Por supuesto también es una cámara que ofrece un abanico de posibilidades enorme en cuanto a video, empezando por un 8K a 30 fps y 4K a 120 fps, aparte de grabar en 10 bits y 4:2:2. Pero como no soy videógrafo ni experto en video, este apartado solo lo dejo indicado y os invito a visitar esta información en páginas más específicas de videógrafos.
Podría adentrarme en datos y especificaciones que se indican en la propia web, pero para eso no está pensado este artículo. Sino para transmitiros de una manera directa lo que todas sus características transmiten en la práctica y a la hora de trabajar con esta cámara.
El resumen es claro y evidente:
Una cámara difícil de exprimir al máximo pues te da todo lo que necesitas, desde un trabajo de lo menos exigente, hasta la fotografía más complicada.
Para terminar, os dejo unas galerías de imágenes y acceso a varios RAW para que podáis comprobar por vosotros mismos todas sus posibilidades de edición.
Fotos nuevamente realizadas por Susana mientras yo grindaba un box.
Leave a Comment