Probando la Sony A7

Si hay algo de lo que tengo interés en saber hasta donde puede llegar, es en los modelos de cámaras sin espejo con sensor 35mm.

Los que somos fotógrafos profesionales buscamos dos cosas en una cámara, que cumpla una serie de prestaciones y que pese poco. Generalmente esto último es bastante complicado, mientras que lo primero se cumple en todas las cámaras de alta gama.

Sony sigue paso a paso marcándose como un referente en las cámaras sin espejo, pues ha sido una de las pioneras en este segmento. Y desde hace unos meses vuelve a dar un golpe sobre la mesa con una cámara sin espejo, con sensor de 35mm y con prestaciones de alta calidad.

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1/320, f5.6, ISO 50, 70mm

Esto es algo muy positivo para todos los fotógrafos, pues estamos viendo que grandes empresas como en este caso Sony, están trabajando en modelos de un tamaño y peso bastante reducido, acercándose cada vez más a la gama más alta de las reflex digitales.

El kit que me hacen llegar se compone de una Sony A7 y un objetivo 28-70 3.5-5.6 Además en la caja incluyen un cable usb, con adaptador para carga a la corriente eléctrica, correa, tapas y su correspondiente manual. Un tirón de orejas por seguir sin incluir un cargador de batería externo y tener que usar para ello la cámara.

Una vez sacas de la caja la Sony A7 y la tienes entre tus manos lo primero que sientes es su ligereza y su buen agarre. Un diseño de líneas muy marcadas y tirando algo al estilo «retro», aunque sin salirse de la estética de las últimas sin espejo de la marca.

Al momento nos ponemos a trastear con la cámara, podemos configurar rápidamente los ajustes más básicos, como otras opciones secundarias en sus botones personalizables, la información que veremos en pantalla, así como las dos ruedas para los ajustes más importantes en manual, como son la apertura y velocidad.

Pero no sólo tendremos esas dos ruedas tan importantes, y digo «importantes» porque en pocos modelos de cámaras podemos disponer de ello, sino que tendremos una tercera rueda, que es la misma que usaremos para movernos por los menús y se encuentra en la parte trasera. Con esta rueda por ejemplo podremos modificar el ISO, por lo que tendremos una rueda con la apertura, velocidad e ISO. Además de tener otros botones para modificar rápidamente el punto de enfoque, así como funciones básicas asequibles con una sola pulsación de botón.

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Este tipo de configuraciones y facilidades a la hora de manejar una cámara sin la necesidad de entrar en los menús principales, es algo de lo que más me gusta de las cámaras Sony. Y digo cámaras, porque he probado bastantes modelos de Sony y en todas ellas ha sido muy fácil y configurable todo su sistema de botones y funciones.

Además, por fin empiezan a usar todos sus modelos los mismos menús, algo que no pasó con sus primeras Nex y que la verdad, eché bastante de menos. Los menús que han «estandarizado» por decirlo de alguna forma, son los que ya estaban en la Sony Alpha 99 y que me resultan muy rápidos y fáciles de navegar.

Aparte de esos botones y ruedas, disponemos del habitual dial de modos, rueda de compensación para cuando usemos modos automáticos o semiautomáticos, y un disparador de tacto metálico quizás excesivamente suave.

Como no puede ser de otra forma en las cámaras sin espejo, dispone de visor electrónico que a mi parecer puede ser el aspecto a menos destacar de la cámara, por una sencilla razón, y es que en ambientes con poca luz se nota un refresco excesivamente lento, haciendo algo incómodo su uso. La pantalla carece del mismo «defecto» cuando no disponemos de suficiente luz. Por otro lado decir, que en el resto de ambientes su funcionamiento era correcto.

El tamaño del visor es de 1024×768 suficiente, aunque quizás pueda quedarse algo corto hoy en día. Su cobertura del 100% y así como la actualización de ajustes en tiempo real hace que me resultara más cómodo el visor que la pantalla, algo de lo que no me había pasado hasta ahora en la mayoría de cámaras sin espejo que había probado. La pantalla abatible por su parte también resulta cómoda de usar gracias a sus 3 pulgadas de tamaño y sus 900K puntos.

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Una vez configuramos las opciones más habituales, dejo la cámara a mi gusto, dial en modo M y pasamos a la acción.

El objetivo que viene con el kit, un 28-70 3.5-5.6 da la sensación de que le resta potencial a la cámara y más aún si vienes de haber usado sus cámaras con objetivos Sony Carl Zeiss. Sony tiene que ponerse las pilas con un buen surtido de objetivos para cámaras sin espejo FF que saquen todo el potencial de esta máquina.  Aunque siempre tendremos la opción de usar un anillo adaptador de la propio Sony para usar objetivos de la montura alpha.

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1/400, f4, ISO100, 35mm

No soy fan de usar una cámara con un sensor FF y un objetivo que cierra el diafragma en función de la distancia focal, pero bueno, debe haber objetivos para todos los gustos y sobre todo, para todos los bolsillos.

Aunque según nos vamos metiendo en faena, el objetivo no resulta tan flojo como yo pensaba, aunque estoy seguro que con una focal fija con una gran apertura lo hubiera disfrutado mucho más.

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1/500, f5, ISO 1000, 53mm

Este objetivo lo que nos da es una gran versatilidad a la hora de salir con la cámara, ya sea de paseo o de viaje, pues tenemos un poco de todo, un 28mm que da suficiente gran angular para la ciudad y un 70mm bastante aceptable para planos más cercanos o realizar retratos con una profundidad de campo reducida.

Empiezo a disparar fotos sin parar y me siento muy cómodo. Su ligero peso, su pequeño tamaño y ese color negro me hace pasar casi inadvertido entre la gente, con un sonido del obturador suave y a la vez bonito incita a seguir apretando el disparador.

Su enfoque es muy preciso y con una velocidad bastante adecuada, aunque siento que le falta algo de rapidez, no sé si en este caso influenciado por el objetivo. Aquí también disponemos de una gran variedad de modos de enfoque, aunque soy siempre partidario de usar el punto flexible y elegir nosotros el punto AF. Además, si hay algo que me encanta de las cámaras sin espejo, es poder poner en cualquier zona del encuadre nuestro punto de enfoque, aunque en alguna ocasión pueda venir limitado por la lente usada.

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1/320, f5.6, ISO 1250, 35mm

Si por otro lado queremos usar el enfoque manual, se agradece el ya famoso Focus Peaking y zoom de ayuda que hace las delicias de los que prefieren enfocar a base de anillo.

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Un sensor de 35mm con 24,3 MPX y un motor BIONZ X propio de Sony. Aunque quizás para los no «expertos» esto no diga mucho, pues al final lo importante es el resultado final, se llame el motor como se llame. Y es aquí donde esta cámara ofrece unos resultados fantásticos, que se puede apreciar tanto en los detalles de las fotografías como en la edición del RAW.

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1/500, f4, ISO 500, 28mm

En cuanto al ISO, estamos hablando de un sensor que va desde 100 hasta 25600, pudiendo usar en modo automáticos límites de valores configurables, algo muy cómodo en este tipo de cámaras, en las que no da miedo usar valores muy altos, dado su fantástico trabajo a ISO 3200 o superiores. Aunque a ISO 25600 no recomendaría trabajar, ya que el ruido es excesivo, aunque no por ello viene mal tener estas opciones tan amplias para según que situaciones.

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1/160, f4, ISO 50, 28mm (también disponemos de ISOs ampliados, como 50 ó 51200)

En ciertas situaciones podemos poner en un aprieto el sensor con ISO 3200, forzando sin apenas luz, como en la siguiente fotografía:

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1/200, f5.6, ISO 3200, 70mm

Por lo tanto una forma de trabajar bastante cómoda en modo manual, es usar los valores de velocidad y apertura adecuados y después tener configurado un rango de ISO automático entre 100 y 3200 máximo. Muy interesante para fotografía callejera o en otro tipo de disciplina en la que no da casi tiempo de trastear con las ruedas.

Una pena no haber podido disponer de un objetivo similar a los que uso para mi trabajo y así ver que tal se comporta, pues si algo estoy deseando es cambiar a un cuerpo más ligero.

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1/200, f4, ISO 6400, 40mm

Por otro lado, si hay un pero en cuanto a trabajar con la cámara es la limitada vida de la batería, que hace que todavía sea complicado adecuarla a ciertos trabajos, pues no me ha llegado ni a 300 disparos. Algo quizás lógico teniendo en cuenta que con estas cámaras se trabaja con un visor electrónico, algo que no es así en la mayoría de las réflex, pudiendo alargar por tanto la duración de la batería.

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1/320, f4, ISO 160, 28mm

Aparte de las funciones habituales que uso, dispone de un amplio abanico de opciones ya sean propias de la cámara, o aplicaciones descargables. El modo panorámica por ejemplo funciona realmente bien, y para ello que mejor que una de Toledo montada automáticamente por la cámara:

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1/200, f10, ISO 100, 28mm

Callejear con esta cámara y llevarla de viaje se hace muy cómodo, ya sea por sus prácticamente 400 gramos de cuerpo, como por poder llevarla en una pequeña mochila, además de no llamar la atención cuando la tenemos colgada del cuello. Algo que con las réflex es imposible, sea el modelo que sea.

Estuve por Toledo y Valladolid durante un fin de semana paseando la cámara de arriba a abajo y las horas pasaban sin la necesidad de soltarla encima de la mesa. Ya lo he dicho más de una y dos veces en esta entrada, pero el peso y tener una cámara Full Frame con estas prestaciones es lo que todos estamos buscando.

Una vez descargamos las fotografías y nos ponemos a editarlas en RAW y a apreciar sus detalles en JPG, vemos que es una cámara pensada para trabajar sin duda en RAW, pues en JPG la calidad final desmerece de lo que la cámara puede dar de si con el archivo bruto.

Y para que vosotros mismos podáis ver las posibilidades de rango dinámico y edición, os dejo este enlace con dos RAWs propios de la cámara de algunas de las fotos que realicé por Toledo y Valladolid.

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1/320, f5.6, ISO 100, 28mm (zona de alto contraste, con corrección de sombras y altas luces)

El trabajo tanto en sombras como en altas luces es muy bueno, dando unos márgenes bastante amplios para la edición o corrección.

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1/320, f5, ISO 320, 53mm

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1/320, f4.5, ISO 100, 44mm

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1/500 f5.6, ISO 400, 70mm

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1/400, f5.6, ISO 50, 70mm

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1/320, f8, ISO 50, 70mm

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1/400, f5.6, ISO 50, 70mm

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1/400, f4.5, ISO 50, 49mm

Dispone de conexión WIFI, algo ya habitual en todas sus cámaras y que me estoy acostumbrando para bien, pues el poder revisar rápidamente en la tablet las fotografías realizadas o enviarlas al momento por email, resulta de una gran comodidad. También podremos usar el nuevo sistema NFC para una conexión aún más rápida.

Tampoco podía faltar la grabación en Full HD a 60 fps, con controles manuales y por supuesto conexiones dedicadas a la conexión de audio externo, HDMI… etc.

Conclusión:

Por fin tenemos una cámara de sensor de 35mm de objetivos intercambiables, con un peso tremendamente ligero, de gran calidad y con un precio bastante «asequible». Si bien es cierto que tiene que mejorar en algunos aspectos y otros que no he podido conocer, por no disponer de la lente adecuada.

Lo que si puedo decir que es una cámara para un amplio abanico de público que quiere adentrarse en el mundo Full Frame, ya sea para un uso general, viajes, paseos por la ciudad, pero que sobre todo busca ligereza y discreción.

Sony sigue haciendo las cosas bien en este segmento del mercado todavía algo desconocido y que nos va a seguir dando muchas alegrías a todos los fotógrafos, estoy seguro.

¿Su precio? Podemos encontrar este kit con el objetivo sobre los 1500 euros.

Positivo:

+ Peso

+ Tamaño

+ Sensor

Negativo:

– Visor en situaciones de poca luz

– Duración de la batería

– Cargador (se debe usar la propia cámara)

Si queréis conocer todas sus características, podéis visitar la propia web de Sony.

Written by Vicente Alfonso