Una de las sorpresas que te puedes llevar cuando usas una cámara analógica (de carrete), es cuando miras a través de su visor y lo ves todo borroso.
En ese momento no eres consciente del problema, empiezas a buscar el corrector de dioptrías y te das cuenta de que no lo hay ¿qué hago?
En este tipo de cámaras debes usar un visor con el ajuste de dioptrías que necesitas. Hoy en día es fácil saberlo, porque las cámaras actuales disponen de corrección manual directa y puedes comprobar más o menos si es negativo, positivo y cuanto. Sino aparece el número, debes recurrir al manual o internet, para comprobar cual es el máximo y más o menos echar cuentas de tu número. Te lo explico con un ejemplo.
En mis cámaras Canon uso siempre el máximo valor negativo. Revisando la información, me encuentro que ese valor es el -3. Si tu valor es intermedio, deberás realizar una medición aproximada.
El único problema de ésto, es que a veces no es fácil encontrar un visor con la corrección adecuada, en mi caso solo pude encontrar -2 y a la espera de encontrar el visor con -3, lo compré para probar.
Por ahora es más que suficiente, ya que puedo ver la información y la pantalla de enfoque perfectamente nítida.
Tened en cuenta, que la corrección de dipotrías no solo sirve para ver los valores de la pantalla correctamente, sino también la pantalla de enfoque. Esto es super importante, porque la sensación de ver borroso un enfoque perfecto es muy incómoda y hace que te genere dudas de si está enfocado correctamente.
Más adelante os contaré en un nuevo artículo, más datos sobre la cámara de carrete que uso, la Canon EOS RT.
Recuerdo mis comienzos en la fotografía, con un equipo informático muy básico y dar el salto a un espectacular MacBook pro en el 2011.
Aquel sistema operativo era maravilloso (buena cuenta de ello doy en esta entrada), todo era fácil, todo funcionaba a la perfección y el Mac aguantó conmigo muchos años. Tuve la mala suerte de ser aquella remesa con problemas de sobrecalentamiento de gráfica, la cual me tuvieron que cambiar junto con toda la placa base en varias ocasiones.
El ordenador poco a poco se me iba quedando corto de rendimiento y aunque aún lo conservo y lo uso, ya no daba la talla para una carga alta de rendimiento en video y fotografía.
El problema llegó con la nueva política de Apple y sus precios. Se disparó tanto que finalmente tuve que volver a Windows, en este caso la versión 10.
La verdad que fue toda una sorpresa, nada que ver a aquel XP que manejaba en mis comienzos fotográficos. Ahora el sistema era muy estable y con un gran rendimiento. Todos los componentes funcionan sin dar guerra y la verdad, la estabilidad ha llegado a niveles tan altos que no echo de menos OSX.
Estuve trabajando con diferentes portátiles HP Omen de diferentes gamas y aunque su rendimiento era realmente bueno, y también la portatilidad era una gran ventaja, tenían un gran inconveniente: si algún componente falla, debes enviar a la empresa y estar varios días sin tu equipo (y sin poder sacar el disco duro).
Unas de las soluciones que surgió de esto, fue el uso de discos duros portátiles USB 3.1, ya que ofrecían un alto rendimiento, prácticamente idéntico a una conexión directa a placa, con la ventaja de poder tenerlos a mano y llevarlos donde quiera.
En una ocasión uno de los componentes de mi Omen falló, y aunque el servicio técnico fue excepcional pues tan solo tardaron 4 días entre recogerlo y volver a recibirlo perfecto, estuve muy preocupado y sin poder trabajar durante esos días.
Desde entonces decidí perder la portabilidad y libertad de un portátil, por una torre en donde poder cambiar cualquier componente en el mismo día si ocurriera cualquier problema.
Cuatro años atrás escribí sobre el tema de sobremesa o portátil en esta entrada.
Después de todo esto, actualicé mi equipo y la verdad que estoy muy contento con su rendimiento y versatilidad a la hora de manejar cualquier tipo de información. Incluso me he dado el lujo en alguna ocasión de instalar algún juego y disfrutarlo en su plenitud.
En esta ocasión hemos tenido la oportunidad de probar el trípode Leofoto LS 284 CEX junto con la rótula NB34 + NP50.
Un trípode ligero, alto (1465 mm), con sistema de giro para desbloqueo de las patas, buen anclado de ángulo de apertura, patas seccionadas y extraíbles. Y con una base para rótula oscilante +-15º realmente útil.
Todo esto en un peso de 1,3 kilos gracias a sus materiales de carbono y aluminio aeronáutico y que permite soportar hasta 10 kilos.
El desmontaje de las patas es realmente sencillo, lo que permite una limpieza extrema de la manera más fácil.
A esto le sumamos una rótula de calidad, como puede ser la NB34 con diámetro de bola de 34mm. Con sistema de manguitos y ajuste de precisión, así como selección de fricción para la bola. Todo en una fabricación de aluminio de aviación y acabados de calidad.
En términos generales, estamos ante una combinación ganadora, que nos ofrece todo lo que podemos esperar de un trípode de gama alta, junto con una rótula a la par pensada especialmente para fotógrafos.
Todos los sistemas de anclaje, así como las pestañas de aluminio, zapata metálica, manguitos, ajustes de extensión, ajuste de fricción, están cuidados al máximo tanto en diseño, facilidad de uso como en materiales.
Visualmente es atractivo, denota su calidad rápidamente, pero es que además el tacto es todo lo que se puede esperar en una gama similar. Con cierres y aperturas sólidos y de perfecta fijación.
Se incluye una bolsa de transporte con herramientas para su desmontaje y también, un set de anclaje para terreno blando.
El trípode LS-284CEX de Leofoto con semiesfera con inclinación -15°/+15°. Fabricado en carbono 10x capas y aluminio aeronáutico 7075. Tiene 4 secciones con movimiento independiente. Diámetro de los tubos: 28/ 25 / 22 / 19 mm. Máxima altura de 1465 mm. Tamaño plegado de 520 mm. Minima altura de 85 mm. Peso de 1300 gramos. Soporta hasta 10 Kg.
Rótula de bola con zapata NB-34 de Leofoto. Bola de 34 mm de diámetro. Máximo de hasta 19 Kg. Control de fricción, bloqueo y paneo independientes. Diámetro de la base de 45 mm. Zapata extraible compatible Arca Swiss. Altura desde la base 91 mm. Entrada para tornillo de 3/8 en la base. Peso de 355 gramos.
Hace unos meses contactaron conmigo para cederme para prueba un NAS de Synology. Actualmente mi tiempo es muy limitado, pero tenía tantas ganas de probar este modelo por lo bien que me habían hablado, que no dudé en sacar el tiempo necesario para conocer un poquito mejor lo que esta marca puede llegar a ofrecer.
Hoy en día todos dependemos de servicios en la nube, sea para subir fotos, copias de seguridad, backup de archivos, centro multimedia e incluso nuestro propio email mediante la tienda de aplicaciones. Internet y la velocidad que tenemos de acceso actualmente, han conseguido que por fin se pueda competir contra un sistema cableado e interno. Pero y ¿si combinamos ambos mundos en el hogar u oficina?
La velocidad del acceso directo, más la comodidad de la nube y todo ello unificado bajo un sistema Synology basado en Linux. Esto es lo que tendremos con un sistema NAS como el DS918+.
Pasemos ahora a contar muy por encima (ya que son cientas) algunas de las características que más nos han gustado:
-Construcción: estructura metálica con acabados en plástico, no llega a ser premium pero se nota calidad. Los ventiladores no son ruidosos (se pueden cambiar). Luces con indicación de funciones que se pueden ajustar. Por otro lado aunque la carcasa es de buena calidad, no llega a aislar por completo el ruido del mecanismo de los discos HDD internos, aunque no llega a ser molesto.