De que hablo cuando hablo de fotografía

Mi hermana y yo a principio de los 90.
Recuerdo ese libro de Murakami, «de que hablo cuando hablo de correr», un libro en el que nos hablaba de su pasión por el running. En mi caso sería la pasión por la fotografía, esa pasión que me llevó a trabajar y vivir de ella, y por lo tanto uniendo ambos mundo.
Es curioso, pero con el paso del tiempo la fotografía está tan asentada en mi vida, en mi día a día, que cuesta hacerse a la idea de que realmente está ahí. Siento que cada vez hablo menos de fotografía y realizo menos fotografías, aunque haya terminado el 2013 con más de 100.000 fotografías, cientos de fotos impresas, álbumes y un sin fin de productos y recuerdos que rebosan por los cajones y estanterías de mi casaa.
Es posible que el coloquio general, la cháchara fotográfica, haya pasado a segundo plano y me parezca algo familiar, como si me estuvieran hablando del fabuloso día que hizo ayer, o del paseo que dimos el otro día por el campo. Es algo así como un filtro, donde ciertos tipos de palabras te hacen hablar y responder de una forma autómata, casi sin darte cuenta.
Parece que ya no piensas en fotografía, que cuando miras al mundo ya no haces fotos con la mirada, pero creo que llega un punto en que ya lo haces sin pensar en ello, simplemente no te das cuenta, se ha convertido en tu vida.
Generalmente no hablo de mi trabajo, no hablo de fotografía con la gente, pero sin embargo estoy encantado en responder y ayudar en cuanto me preguntan por cualquier cosa relacionada con ella. Disfruto hablando de fotografía, pero no hablo de fotografía.
Hace unos cuantos años que no cambio de equipo y no tengo interés por actualizarlo. Con el tiempo te das cuenta que con tan sólo mirar por el visor y capturar lo que realmente estás buscando, es más que suficiente. El ruido, un enfoque no del todo acertado, flare, aberraciones cromáticas, son simplemente sumas de factores que hacen de la foto algo más natural, más mundano. La obsesión por la perfección se ha convertido en algo secundario, algo artificial, ahora la búsqueda del momento, tal cual haya sucedido, con sus imperfecciones de la vida, es algo mucho más importante.
Filosofear sobre fotografía, «ay, que cosa tan bonita». Mirar el pasado, recordar todo aquello que nos rodeó en un momento concreto y recordarte con cámara en mano pensando en que algún día, ese momento que has encerrado en un pequeño trozo de bits o papel, te golpeará con tal fuerza que te hará sacar una sonrisa y alguna lágrima.
El pasado sólo tiene importancia en el futuro, es algo implícito de la fotografía.
Muy buen artículo!! De cierta forma me siento aludido con él. Me gustó la frase final que es una enorme verdad: La fotografía, después de apretar el obturador, ya es pasado. Saludos
Gracias Ernesto 🙂
Muy buen artículo! Comparto contigo este sentimiento sobre lo que nos apasiona, la fotografía. Te dejo el link de mi blog para que lo visites http://picblogge.blogspot.mx/ Saludos!
Totalmente de acuerdo contigo. Un post de mucha calidad.
Enhorabuena
poco a poco notas que cada foto toma vida,y te cuenta por si sola todo lo que sentiste en el momento que presionaste obturador. definitivamente cada imagen se apodera de mi vida.