Recuerdos

A veces cuando realizo una foto siento que tiene un valor especial, no sólo cuando sucede sino a lo largo del tiempo.

Generalmente buscamos el valor del momento, amortizar el dinero que estamos gastando sin pensar en el regalo que vamos a tener en un futuro.

Mi madre desde siempre ha realizado muchas fotografías, tanto para su vida familiar como para algún que otro concurso. Es más, uno de los objetivos que montaba en su reflex de carrete, lo uso yo actualmente, un Canon 135 f2.8 with softfocus, una maravilla en su tiempo para retratos (bendita montura EOS).

Una de esas fotos que te encuentras y te recorre una sensación extraña por toda la piel es la siguiente:

Vicente Alfonso y Alejandra Alfonso en 1987/1988

Debe ser una foto de 1988, en la cual estoy yo y mi hermana Alejandra. Es una sensación tan intensa cada vez que la veo, que me hace sentir el valor real de cada fotografía, más allá de los euros que se puedan gastar y el entusiasmo del momento.

Esta otra fotografía debe ser a finales de Noviembre de 1987 ó principios de Diciembre de 1987. Unos recuerdos tremendos, los cuales agradezco enormemente poder tener.

Vicente Alfonso y Alejandra Alfonso

Con los reportaje fotográficos, bodas, comuniones… etc pasa lo mismo. A veces no se perciben como un momento único e irrepetible, sino como un gasto innecesario y obligatorio. El tiempo nos dará la razón a los fotógrafos y esas familias comprenderán el porqué de grabar momentos importantes, inmortalizar el paso del tiempo.

Es precioso recordar, volver a ver que también una vez fuimos pequeños, jóvenes, mayores y que nuestros nietos, hijos, sobrinos… nos recuerden en todas nuestras etapas.

A mi me encanta ver la fotografía de mis antepasados, que por desgracia son bastante pocas, pues en aquellos tiempos no era muy habitual tener más de 10 ó 20 fotografías en toda la vida. Actualmente tenemos el privilegio de la inmortalidad fotográfica, podemos inmortalizar casi cada minuto de nuestra vida sin darnos cuenta.

Nuestra futura familia por fortuna, tendrá un archivo fotográfico enorme de nuestra vida, con el que comparar, recordar y soltar alguna lagrimilla en un futuro. Si eso no tiene un valor enorme, no sé que lo tiene.

Regala fotografía, estás regalando recuerdos.

Written by Vicente Alfonso