Durante bastante tiempo estuve buscando tanto en páginas españolas como extranjeras algún test sobre la copia múltiple en la Canon 5d MKIII, para saber como realmente influía la limitación de la SD en el tiempo de vaciado del buffer.
Hay que saber principalmente una cosa y es que el slot SD no soporta el protocolo UHS que permite la grabación a alta velocidad, por lo que sólo permite una velocidad máxima de lectura y escritura de 133x o lo que es lo mismo 20 MB/s. Mientras que para la CF se utiliza el protocolo UDMA-7 por lo que nos permite velocidades por encima de 90 MB/s.
He querido realizar un video con varias pruebas principalmente enfocado en la grabación con ambas tarjetas y queda demostrado algo importante y es que el que tengamos una SD en el slot no influye en la velocidad del buffer en según que modo de grabación estemos.
Si usamos el modo de grabación separada o en cambio automático, la SD no influye a la CF mientras ésta se esté usando. La SD sólo incluye en la velocidad de la CF en el caso de grabación múltiple o separada en el que estemos grabando archivos RAW en la SD. He comprobado que si la grabación en la SD es de JPG la velocidad de vaciado del buffer es la misma que usando sólo la CF con grabación en RAW.
Dicho todo esto de otro modo, cuando grabemos en RAW en la SD es cuando el buffer pasará de unos 4 segundos de vaciado a unos 15 segundos. En el resto de casos no habría que preocuparse.
A continuación he grabado un video con diferentes pruebas que espero os saquen de muchas dudas que yo también tenía.
Hace apenas un mes que recibí el libro Captura digital y revelado de RAW por medio de Hugo Rodriguez, al cual se lo agradezco muchísimo.
Para empezar, no soy un apasionado de los libros de técnicas fotográficas, que no hacen más que copiarse unos de otros, contando pocas novedades y en la mayoría de los casos, ninguna. Pero siempre hay libros que por una u otra razón me terminan por llamar la atención y me apetece leer.
Si este libro entró entre una de mis preferencias fue por su autor, de sobra conocido en internet y al que he vistiado su web en incontables ocasiones para informarme sobre temas de color, calibración… etc. Si hay algo que tiene Hugo Rodriguez, es que es un investigador nato, le gusta comprobar por si mismo las casusas y efectos, y esto hace que sus artículos sean personales y diferentes al resto (algo que busco siempre en los libros que leo sobre fotografía).
Centrándonos un poco más en su libro, el cual lo conocí a través de internet, me decanté por esta edición por su contenido, como imagino el resto de lectores. Un libro te interesa por lo que en él se cuenta o por lo que pensamos que nos va a contar una vez leído el índice y alguna que otra reseña.
Por otro lado y algo que recuerdo que le interesó a su autor que criticara (y ahora entiendo el porqué) es la maquetación. Algo que quizás a veces queda en segundo plano y no se tiene en cuenta, pero que una vez le echas un vistazo, puedes comprobar la especial dedicación que debe llevar ciertas decesiones.
En este caso en la maquetación se ha preocupado por tener imágenes a un tamaño adecuado para su lectura, sin esos números o imágenes borrosas que en algunos casos pasan desapercibidas. Su autor me dio a entender, que se siente muy satisfecho de haber conseguido que cuando en un tema se señala una imagen en particular, podamos verla directamente en esa página o la siguiente y no estar buscando en los índices o entre las páginas, como pasa en algunos libros, que acabas encontrando la imagen sin acordarte de la referencia.
En cuanto a la estructura del libro, quizás al leer echo en falta algunos grados más de apertura entre páginas. Tapa blanda pero con una delicada y elegante presentación. Creo que la foto elegida (fantástica), así como los colores le dan un aspecto serio y elegante (todo completamente negro, con unas finas líneas de luz).
El tacto de este tipo de páginas siempre me ha producido algo de manía, ya que siento al pasar los dedos o uñas una sensación parecida al rechinar de una tiza en la pizarra. Y por desgracia, es algo que se usa prácticamente en todos los libros que he leído sobre fotografía. No sé quién y porqué se toma esta decisión. Aunque según me comenta su autor, el papel se llama estucado y es el de mayor calidad que podemos encontrar actualmente.
Como en todos los libros, o al menos que yo conozca, cuenta con solapa, que se usa como marcapáginas.
Dejando a un lado la calidad general de la encuadernación, entraremos en materia y en lo más importante, el contenido.
Comentaba al principio que si me decanto por un libro, es por la temática que se va a tratar. Ésta se basa en aspectos en parte conocidos y otros no tanto dentro del revelado del RAW y la toma de la fotografía, aunque esto último era algo que no me interesaba y al final ha sido más interesante de lo esperado.
El libro comienza con un primer capítulo muy escueto y básico sobre ciertos aspectos a tener en cuenta a la hora de configurar la cámara. Algo que irá «in crescendo» según vayamos avanzando en la lectura y que siempre será complemento del resto. Me resultó bastante básico para lo que ya conocía, aunque siempre con algún concepto interesante que aprender.
El segundo capítulo es bastante grueso en su lectura, aquí se mete de lleno en temas matemáticos y demostraciones sobre la imagen, sensores, el RAW, bits e incluso se atrave a tratar el tema sobre la elección de ordenador ¿Mac ó PC?, interesante ¿Verdad?.
Si bien es cierto que en la lectura del segundo capítulo tuve algún partón, pues llega a ser a veces muy técnico, su lectura cada vez me resultó más interesante, pues son datos y comprobaciones poco habituales de lectura en la mayoría de los medios y que siempre es importante intentar entender. Algo de parte histórica, y muchos conocimientos.
Es curioso como a veces leyendo el libro te encuentras entre unas páginas sencillas y fácilmente asimilables, para cambiar radicalmente a un tecnicismo bastante duro y nada asequible para aficionados a la fotografía con conocimientos muy básicos. Aquí es donde el autor pone de manifiesto su amplico conocimiento en la materia.
Aunque este tema lo aclara el autor desde el principio, no es un libro para adentrarse en la fotografía, sino para sacar más rendimiento a ésta, una vez la conocemos más a fondo. Y no hay dudad, de que en ciertos momentos es así e incluo más técnico de lo que podíamos esperar en un principio.
Para todo aquel que le ineteresen los datos, matemáticas, demostraciones y un poquito de historia, el capítulo 2 es sin duda la parte obligatoria de una relectura. No es asimilable con el primer vistazo. Y de verdad que se agradece que a los fotógrafos nos lo pongan un poquito más difícil de vez en cuando y salgamos de los datos habituales y simplistas.
Después de una dura lectura, pasamos a uno de los capítulos estrella y del cual tenía más ganas, el balance de blancos. Un detallado análisis sobre el WB, un concepto realmente importante y que muchas veces no se le presta la suficiente antención. Quizás, después de la lectura del libro de Hugo, cambiarás radicalmente en la forma de usarlo (yo apostaría a que lo harás).
A veces pensamos que un mínimo ajuste o simple cambio, no tendrá suficiente repercusión en nuestro trabajo final, pero sinceramente, quizás necesites leer un libro así para sacarte de dudas y hacerte ver que hasta el más mínimo detalle es importante en la copia final.
El siguiente capítulo no menos interesante (si, el libro según avanza se va volviendo más y más interesante) trata a fondo el histograma, la exposición, medición y otros tanto conceptos directamente relacionados con la luz. Y sin luz no hay fotografía, así que tú sabrás la importancia que le das.
El libro termina con un quinto capítulo que prácticamente equivale a la suma de los otros cuatro (en cuanto a páginas se refiere). Un completo estudio sobre los pasos necesarios para realizar un buen revelado. Explicando detalladamente la función de muchas de las opciones que habitualmente utilizamos, pero que no sabemos que función realizan internamente.
En este último capítulo me ha gustado que tratara el tema de la influencia de los distinto ajustes en la edición. Me estoy refiriendo a lo que muchas veces hemos pensado pero no hemos sabido a ciencia cierta, y es saber si variando ciertos valores del RAW antes o después puede ser determinante a la hora de trabajar. Veremos como hay ciertos ajustes con los que empezar y que son de vital importancia a la hora de revelar correctamente un RAW. Un método de trabajo a lo que él ha bautizado como «criterio de revelado universal», con el cual evitaremos tener que repetir ciertos ajustes una vez hayamos modificado otros.
En líneas generales y a modo de resumen, un libro bastante técnico, de una lectura bastante dura en ciertos momentos y con conceptos muy interesantes de los que aprender. Un comienzo muy narrativo y explicativo, que termina con ejemplos y pasos detallados sobre el revelado de RAW.
Como en todo libro, siempre habrá apartados que no te expliquen nada nuevo, pero de los cuales siempre sacarás algo más en claro. Y por supuesto, otros apartados en donde tendremos una cura de humiladad y reciclado necesario, fotográficamente hablando.
Su autor trata de enseñarnos a preparar nuestra cámara y conocmientos desde la captura de la imagen hasta el resultado final, el cual guardaremos en formato digital. Con unos conceptos muy interesantes sobre el color y el histograma.
Un libro con el que he aprendido cosas nuevas, he refrescado otras tantas y que estaba seguro que viniendo de Hugo Rodríguez un experto en esta materia no iba a quedar decepcionado.
Casualmente terminé de leerlo justo antes de los regalos de Reyes, no te voy a dar más pistas.
A la hora de trabajar con fotos y realizar descargas, es muy importante la velocidad de escritura y lectura. Cada día que pasa las tarjetas son más rápidas, pero sobre todo tienen más capacidad.
Yo actualmente trabajo con tarjetas de 64 gigas y 32 gigas que en determinados trabajos se vienen al despacho totalmente llenas y pasarlas al disco duro se puede convertir en eterno. Por lo tanto en ciertos casos, es muy importante trabajar con conexiones y hardware suficientemente rápido como para que el tiempo de espera no sea haga desesperante.
Hay días que llegas de trabajar a las 4 de la mañana y como siempre nada más terminar un trabajo, por seguridad realizo una copia de las tarjetas a mi disco duro principal. En estos casos lo único que quieres es irte a la cama lo antes posible, y por ello suelo trabajar con periféricos que me ofrezcan la mayor rapidez.
Actualmente paso mis fotos con un lector FW800 de Sandisk para tarjetas compact flash al disco duro principal de mi portátil. Después realizo una copia a un disco duro externo USB 2.0 y termino con otra copia en un NAS.
Para que veáis la diferencia de velocidad entre uno y otro sistema, he grabado un video con las distintas velocidades de escritura y lectura de un FW800, USB 2.0 y Sata2 con disco de 7200 rpm. Veréis que el FW800 duplica la velocidad del USB 2.0 y a su vez el disco duro por Sata es algo más rápido que el FW800. A esto habría que añadir y que no grabé en video, que la velocidad arrojada por un lector de tarjetas USB 2.0 era de 18 Mb/s, tres veces más lento aún que un FW800. Por lo que estamos hablando de el triple de tiempo, algo incuestionable a la hora de elegir uno u otro producto.
Hay que tener en cuenta que para ello no debe haber ningún tipo de cuello de botella. Por lo que si nuestro disco duro tiene una velocidad de escritura o lectura menor que el sistema que usemos para realizar las copias, de poco nos va a servir comprar discos FW800, USB 3.0 o thunderbolt.
Muchas de las preguntas que nos hacemos en nuestros inicios, es si al disparar en RAW afectan los valores que tenemos configurados para el JPG. Esto debería ya estar más que claro, y es un rotundo NO.
Pero si hay algo a lo que afecta y lo ha dejado bien claro Mellado en su último libro, al menos con la Canon 5D MK2.
Resulta que todavía la mayoría de modelos de reflex digitales, realizan una representación del histograma basándose en los valores de contraste que tenemos configurados en nuestra cámara. Y aunque ese valor no afecte al archivo RAW final, si afecta en la lectura del histograma.
Por lo tanto, según comenta, si tenemos un contraste alto, nuestro histograma se expandirá dando un valor erroneo. Mientras que si lo ajustamos correctamente, el histograma que veremos en la cámara será lo más parecido al que veremos en nuestro ordenador.
Para la Canon EOS 5D MK2 dió un valor en concreto, deberemos poner en estilos el contraste en -2, para tener una representación lo más parecida entre la cámara y el ordenador. No habló del resto de modelos (pues no acabaría nunca), aunque si explica como averiguar el valor si vuestra cámara no es la 5D. Tan sólo debéis hacer varias fotos de prueba con diferentes valores de contraste y comprobar en el ordenador, con que valor estáis más próximos al que muestra la cámara.
Esperemos que pronto no haya que hacer estos «trucos» para tener una representación real del histograma, ya que para los que no conocían esta particularidad, podrían haber tenido más de un quebradero de cabeza.
¿Conocíais esta singularidad? ¿Qué valores usáis en vuestras cámaras?