Cuando entramos en el mundo de la fotografía por primera vez, siempre observamos con admiración cualquier tipo de cámara que sea más grande que una compacta, observamos todo de un rápido vistazo y termianmos comentando con nuestro colega del al lado «llevaba una Canon xxx, con un objetivo xxx-xxx… »
Al poco tiempo el gusanillo de la fotografía ya se ha apoderado de nosotros, rompemos la hucha y hacemos el exceso de gastarnos una media de 600 euros en nuestra primera reflex. En ese momento en nuestras manos notamos el peso, el tamaño, la calidad y todo nos parece insuperable, ya tenemos nuestro pedazo de cámara.