Siempre que me dispongo a hacer fotos, dejo mi cámara preparada para grabar en RAW, a no ser que irremediablemente necesite usar la ráfaga de mi cámara para algo muy específico, y aún así tampoco estaría seguro de grabar en JPG.
Una vez termino de hacer fotos y llego a casa, vuelco todas mis fotos al disco duro y las organizo con el motion picture browser. Después examino todas las fotos, borro las que no sirven para nada (otras veces me da pena y no borro nada, aún siendo fotos nefastas) y finalmente elijo las que realmente merecen la pena para ser editadas. Otras veces después de volver a ver las fotos unos días más tarde, puede que me guste alguna que al principio haya descartado, de ahí que no suela borrar todas las fotos malas, porque a veces una foto puede parecernos mala un día y muy interesante otro.