La expresión facial

Cuando alguien nos va a hacer una foto, siempre solemos tener una pose preferida o dos como mucho, para salir «bien» en las fotos. Suele ser una pose automática, que sale espontáneamente sin casi haberlo pensado.

Para una vez está bien, pero cuando necesitamos realizar una sesión de fotos, no basta con saber poner una pose, que en muchos casos ni siquiera sirve para una foto.

El control del cuerpo hasta cierto punto puede ser controlado por el fotógrafo, puede colocar a la modelo en la posición deseada, dependiendo en buena parte de la disposición de esta, su soltura, relajación… etc. Pero hay una parte del cuerpo que no es tan fácil de corregir y en muchos casos es la perdición de algunos de mis trabajos. Estoy hablando de la expresión facial.

Me estoy preparando constantemente para realizar más y mejores sesiones de fotos, para conseguir poses y expresiones que puedan llamar la atención, intentar ofrecer algo diferente, pero las expresiones faciales me limitan y me bloquean. En la mayoría de los casos, se trabaja con personas que en la vida han posado y peor aún, si les apuntas con una cámara se bloquean, sienten vergüenza y su rigidez general ralentiza mucho el trabajo y la creatividad.

Puedes pedirles que realicen expresiones fáciles de entender, pero siempre llevados al extremo. Puedes pedirles caras de enfado, felicidad, seriedad, pero nunca un término intermedio. ¿Cómo le pides a alguien una cara de enfado, pero sin llegar a estar enfadado del todo? Esto es sólo un ejemplo, pero os aseguro que puede haber cientos o miles.

La cara es una de las partes más complicadas de guiar y la más complicada de trabajar en el caso de una modelo. Tienen que conocer perfectamente todas sus faccione faciales, las formas que toman con cada movimiento de sus músculos y ser convincentes. Por lo que al final, se necesitan incluso conocimientos de interpretación.

Por lo tanto, el trabajo de una sesión de fotos no sólo depende de lo bien que lo haga el fotógrafo, sino que debe haber una complicidad modelo-fotógrafo en el que ambos se sientan totalmente confiados y puedan realizar cualquier tipo de escena sin pudor alguno. Si la relajación es total, cualquier persona será capaz de sacar más de si, de lo que en un principio podría pensar. Pero cuando hay tensión, el trabajo se complica y los resultados nunca son los esperados.

Es una parte complicada de explicar a las personas, no puedes decirles que tu trabajo también depende de ellos mismos, ya que te están confiando sus fotos, te han contratado para sacar de ellos su mejor cara, y lo menos que se quiere en esos momentos, es ponerles un peso sobre sus hombros. Pero realmente, es así, el trabajo depende de los dos. Si nos basáramos en porcentajes sobre algo tan complicado de medir, podría decir que el 75% depende del trabajo del fotógrafo y el 25% del modelo. Aunque en el caso de trabajar con modelos profesionales, podría reducir bastante nuestro trabajo.

Está claro que no se puede dar un curso de interpretación durante una sesión de fotos. A nadie se le puede enseñar a ser expresivo en unos días y menos aún en el tiempo que dura una sesión. Pero al menos siempre habrá trucos para sacar ciertas caras, que al principio parecen imposibles.

Estos son algunos de los «truquillos» que he ido aprendiendo, para conseguir exprimir algo más a las personas que nunca han posado ni realizado ningún trabajo de modelo, y también para encontrar su «mejor cara»:

1. Pide directamente que realice las expresiones más típicas, reirse, enfadarse, tristeza.

Con esto ya nos podemos ir haciendo una idea de cuanto cierra y abre los ojos, las señales que se producen en su cara al abrir o cerrar la boca, las bolsas y ojeras, la apertura de los orificios de la nariz… etc. Quizás puedan parecer chorradas, pero son fundamentales para saber que partes de su cara son más o menos llamativas para una determinada foto.

2. Preguntar cual es su mejor perfil.

Una vez visto, habrá que corroborarlo. No basta con que alguien nos diga que es su mejor lado, porque en algunas ocasiones me ha parecido lo contrario y en otras, me ha parecido indiferente.

3. Lo que más y menos le gusta de su cara.

Fundamental para evitar llevar la atención a ciertos puntos. Ya que si las fotos son para esa persona en concreto, al menos que sepamos que no va a poner pegas al trabajo porque por ejemplo aparece su nariz de perfil, algo que odia desde pequeño.

Si es un trabajo de publicidad, ahí ya no dependemos de sus gustos, sino de los nuestros.

4. Realiza varias fotos desde varios ángulos, siempre centrados en su rostro.

Mientras tanto, le vas pidiendo que intente posar como harían los modelos, que cambie la cara, aunque no sepa lo que hace. Después revisamos las fotos, y vamos viendo cuales pueden ser las expresiones que más le favorezcan y las más creibles. Si ya tenemos suficiente, sólo tenemos que mostrarle la foto con la expresión que nos interesa, para poder conseguir algo más cercano a lo que queremos.

Estos son algunos de los trucos que se me han ido ocurriendo durante las sesiones de fotos que llevo realizadas, algunos pueden ser de utilidad en ciertas ocasiones, pero por supuesto, dejar claro que es algo que está basado simplemente en mi experiencia y que no tiene porque funcionar con todas las personas.

Al menos espero, que en algún momento os puedan servir de ayuda.

Y por supuesto, me encantaría escuchar vuestros trucos, para conseguir sacar las expresiones que necesitáis de vuestros modelos.

Written by Vicente Alfonso