Hola, mi nombre es Vicente Alfonso. Soy fotógrafo profesional. Este es mi blog donde publico un poco de todo sobre el mundo de la fotografía. No te pierdas mis consejos y trucos sobre este maravilloso arte.
Si pudiera resumir mi vida en pocas palabras, diría que la pasión por la fotografía que surgió a principios del 2000 hizo dar un giro radical a mi vida, pues después de haber estudiado una ingeniería decido dejarlo todo y volver a empezar para hacer lo que realmente me apasiona.
Actualmente soy fotógrafo profesional y me dedico exclusivamente a la fotografía.
A través de la empresa K&F hemos tenido la oportunidad de probar el trípode K&F Concept, más concretamente el modelo SA254T1 que se compone de lo siguiente.
Es un trípode de columna vertical de dos secciones, con una de ellas adaptable a posición horizontal 90º. Algo que os resultará de especial interés si practicáis fotografía de paisaje, panorámicas, fotografía nocturna o incluso macro, invirtiendo la columna central.
Fabricado por completo en aluminio, con los cierres y bloqueos en metal. No es el trípode más ligero, pero se maneja y se mueve con mucha soltura.
Las patas se componen de cuatro secciones, con presión mediante rosca. Un sistema rápido a la par de cómodo. Prácticamente podremos estirar las cuatro secciones a la vez con un solo gesto.
Ahora que dispongo del flash de batería Godox AD400 pro, tengo más ganas que nunca de volver a aquella fotografía, a la que me aficioné hace más de 10 años.
Los equipo de entonces eran poco potentes y muy básicos. Si querías usar un flash de estudio, debías cargar con un generador o una batería, lo cual multiplicaba muchísimo el peso y también limitaba su movilidad por la necesidad de conectar los cables. Trabajar solo en esas condiciones era complicado, y casi obligatorio un ayudante, aparte de influir en la selección de las localizaciones.
Con el modelo Godox AD400 pro, lo tengo todo en uno. Dispone de su propia batería con la que he llegado a hacer en la sesión actual algo más de 300 fotos. La mayoría casi a máxima potencia, sobre 1/2 +0,7 y 1/2 +0,3. Es una auténtica gozada tal cantidad de autonomía en tan pequeño tamaño. Y ojo al dato, porque el flash trabaja desde 1/1, 1/2… hasta 1/256 tanto en pasos de 0,3 como en pasos de 0,1.
Para las fotos usé el octabox S85 de 85 cm de diámetro, con reflector interno dorado y para terminar con el grid que también se puede acoplar, para tener una luz mucho más concentrada.
Ahora vayamos a una de las partes más interesantes, los ajustes que usé y los motivos.
La idea era hacer fotografía a contra de la luz solar, en plena tarde y usar un flash como luz principal. Una situación realmente complicada y donde no cualquier flash puede trabajar.
Para complicar aún más la situación, tomé la decisión de trabajar a máxima apertura o cercano a la máxima. Entre f1,8 y 2,5 ¿por qué digo complicar? porque para trabajar a dicha apertura, y conseguir un fondo correctamente expuesto se necesita un flash y un disparador que puedan trabajar a altas velocidades de sincronización, siendo de 1/4000 en la mayoría de las fotografías y con un ISO 100.
Diferencia entre usar o no el flash manteniendo la luz ambiente.
Esto suele tener el problema de sobrecalentamiento. En la calle a más de 30 grados y con una potencia cercana al máximo. Aunque solo tuve que parar en una ocasión para dejarlo reposar unos minutos, que nos vino bien para descansar y beber un poco de agua.
Por otro lado, cuando se dispara a máxima potencia o cercana, el reciclado es más lento y no permite mucha continuidad a la hora de buscar una fotografía menos pausada. En ese caso intentaría disparar a 1/16 de potencia, donde el flash me permite incluso ráfaga.
Importante decir, que para trabajar con flash en exteriores tenéis que conocer una regla fundamental, y es que la velocidad de obturación no afecta a la luz del flash, solo la apertura y el ISO. De esta manera tenemos un factor muy importante para separar el ajuste de la luz ambiente y de la luz del flash.
Seguimos colaborando con foto321.com para hablaros sobre productos que me parecen interesantes en fotografía. Si tenéis interés en que pruebe algo concreto, no dudéis en escribirlo en los comentarios e intentaré traerlo a la web.
En todos mis años como fotógrafo, he usado siempre el cargador oficial de la marca de mi cámara. La verdad que nunca me había planteado otra opción, ya que no consideraba que hubiera una mejor.
El cargador inteligente es el modelo Nitecore UCN2 Pro, en este caso compatible con baterías LP-E6N de Canon. Los hay para otras marcas.
He tenido especial interés en este cargador porque ofrece algo muy interesante, como una lectura de la capacidad de las baterías, su temperatura y una carga doble.
Lo primero es muy interesante, porque nos informa de la degradación de la batería, cuando ya no es capaz de llegar a su carga máxima. También para saber si realmente se corresponde la carga con la que indica el fabricante.
La temperatura es un indicativo de estar trabajando en el ambiente correcto y si está por encima o debajo de los límites «normales». Sobre todo en alguna ocasión, si se alcanzan temperaturas muy altas, pueden dar algún problema de encendido o bloqueo de la cámara.
Y por último la carga doble, en mi caso que gasto una gran cantidad de baterías, es una gran ayuda para reducir el número de accesorios y agilizar la carga.
Resumiendo todo lo que podemos ver en pantalla: indicativo en tiempo real de la energia remanente, la carga en mAh y mA, estado de la bateria, voltaje de carga y temperatura de la batería.
La calidad de fabricación me parece adecuada, con estructura en plástico duro, con disipadores a ambos lados y una pantalla retroiluminada de fácil lectura. El material es retardante ante incendios. Aparte de ser más ligero y más barato que una estructura de aluminio.
La carga se realiza mediante conexión de toma USB. Y ha funcionando perfectamente tanto con baterías originales como de otras marcas.
A continuación unas fotos del producto.
Podéis encontrar éste y más accesorios de la marca en foto321.com
Una de las sorpresas que te puedes llevar cuando usas una cámara analógica (de carrete), es cuando miras a través de su visor y lo ves todo borroso.
En ese momento no eres consciente del problema, empiezas a buscar el corrector de dioptrías y te das cuenta de que no lo hay ¿qué hago?
En este tipo de cámaras debes usar un visor con el ajuste de dioptrías que necesitas. Hoy en día es fácil saberlo, porque las cámaras actuales disponen de corrección manual directa y puedes comprobar más o menos si es negativo, positivo y cuanto. Sino aparece el número, debes recurrir al manual o internet, para comprobar cual es el máximo y más o menos echar cuentas de tu número. Te lo explico con un ejemplo.
En mis cámaras Canon uso siempre el máximo valor negativo. Revisando la información, me encuentro que ese valor es el -3. Si tu valor es intermedio, deberás realizar una medición aproximada.
El único problema de ésto, es que a veces no es fácil encontrar un visor con la corrección adecuada, en mi caso solo pude encontrar -2 y a la espera de encontrar el visor con -3, lo compré para probar.
Por ahora es más que suficiente, ya que puedo ver la información y la pantalla de enfoque perfectamente nítida.
Tened en cuenta, que la corrección de dipotrías no solo sirve para ver los valores de la pantalla correctamente, sino también la pantalla de enfoque. Esto es super importante, porque la sensación de ver borroso un enfoque perfecto es muy incómoda y hace que te genere dudas de si está enfocado correctamente.
Más adelante os contaré en un nuevo artículo, más datos sobre la cámara de carrete que uso, la Canon EOS RT.