La semana pasada, después de pasar mis amigos una fantástica luna de miel, quedaron con el fotógrafo encargado de realizarles las fotos de boda para terminar con el trabajo. De paso nos invitaron a todos los amigos a la sesión fotográfica y yo por supuesto no me la iba a perder.
Se realizó en Candeleda, un pueblo de la provincia de Ávila en una zona justo por encima del pueblo, la cual es un paraje precioso.
Por otra parte lo tengo claro, aún la verguenza me puede (soy algo tímido «a veces») y no pregunté absolutamente nada a los fotógrafos profesionales que se dedicaron a hacer el reportaje (me daba apuro por si iban con muchas prisas, no desconcetrarlos y demás). Aunque no sólo se aprende preguntando, sino también mirando y eso, eso si se me dió bien.