Hola, mi nombre es Vicente Alfonso. Soy fotógrafo profesional. Este es mi blog donde publico un poco de todo sobre el mundo de la fotografía. No te pierdas mis consejos y trucos sobre este maravilloso arte.
Si pudiera resumir mi vida en pocas palabras, diría que la pasión por la fotografía que surgió a principios del 2000 hizo dar un giro radical a mi vida, pues después de haber estudiado una ingeniería decido dejarlo todo y volver a empezar para hacer lo que realmente me apasiona.
Actualmente soy fotógrafo profesional y me dedico exclusivamente a la fotografía.
En este vídeo me pongo un poco serio y os doy mi punto de vista sobre lo que creo se hace mal desde un principio en este negocio.
Creo que muchas veces la imaginación sobrepasa en exceso la realidad y de ahí vienen las hostias que se da la gente cuando intenta meterse en el mundo empresarial.
Las hostias no deben pillarnos por sorpresa y si lo hacen, es que tus perspectivas no eran realistas. Todo llega, pero hay que hacerlo bien desde un principio. Si empezamos mal, no hay mucho camino que recorrer.
Pero ante todo y con mucho respeto os digo, que es simplemente mi punto de vista. Son 10 años como fotógrafo profesional, pero eso no me hace tener más razón que nadie.
Hace unos días Sony me doy facilidades para probar algunas de sus cámaras. Como ya me conozco muy bien la serie A6000 de la que poseo una A6100, una A6400 y una Nex 6, les comenté la posibilidad de probar su joya de la corona, la famosa A7 que aún con todo el tiempo que lleva en el mercado, nunca había probado una.
Dicho y hecho, a la semana siguiente recibí una Sony A7III junto con el Zeiss 55 1.8 una buena combinación tanto en tamaño como en peso.
La verdad que vengo acostumbrado de los menús de Sony, no por la Nex 6 que eran espantosos, sino por la A6100 que son prácticamente ya idénticos en todas las gamas. Por lo que no fue difícil dejarla a mi gusto en el poco tiempo que me puse a trastear por sus menús.
Esta entrada no es una review o análisis como tal, es simplemente mis primeras impresiones y algunas de las fotos que he ido realizando en estos días. Si os interesa, podré profundizar más adelante.
Hace unos meses contactaron conmigo para cederme para prueba un NAS de Synology. Actualmente mi tiempo es muy limitado, pero tenía tantas ganas de probar este modelo por lo bien que me habían hablado, que no dudé en sacar el tiempo necesario para conocer un poquito mejor lo que esta marca puede llegar a ofrecer.
Hoy en día todos dependemos de servicios en la nube, sea para subir fotos, copias de seguridad, backup de archivos, centro multimedia e incluso nuestro propio email mediante la tienda de aplicaciones. Internet y la velocidad que tenemos de acceso actualmente, han conseguido que por fin se pueda competir contra un sistema cableado e interno. Pero y ¿si combinamos ambos mundos en el hogar u oficina?
La velocidad del acceso directo, más la comodidad de la nube y todo ello unificado bajo un sistema Synology basado en Linux. Esto es lo que tendremos con un sistema NAS como el DS918+.
Pasemos ahora a contar muy por encima (ya que son cientas) algunas de las características que más nos han gustado:
-Construcción: estructura metálica con acabados en plástico, no llega a ser premium pero se nota calidad. Los ventiladores no son ruidosos (se pueden cambiar). Luces con indicación de funciones que se pueden ajustar. Por otro lado aunque la carcasa es de buena calidad, no llega a aislar por completo el ruido del mecanismo de los discos HDD internos, aunque no llega a ser molesto.
Mientras le doy vueltas a la cabeza sobre hacer un nuevo vídeo en el que compartir algo que pueda ser interesante, estaba preparando algunas fotos para colgar en mi casa.
Hace pocas semanas estuvimos unos días de vacaciones (las pocas que me puedo tomar) y me vine a casa con miles de fotos, de las cuales algunas estoy deseando colgar en el pasillo.
Tengo la suerte de que a mi hija todavía no la resulto pesado con la cámara, y podemos salir a hacer fotos de vez en cuando, aunque ella también se cansa (como todos). Pero en esos ratos que la gusta mirar a cámara y sentirse observada, tuve mi momento de sesión que tanto deseaba.
Durante un paseo por la playa realicé miles de tomas, pero con dos tipos de luces diferentes, aunque todas fueron en exteriores.
Según como utilicemos la luz, podremos conseguir diferentes tipos de retratos, y es de ello de lo que os quería hablar.
Desde siempre me ha gustado el contraluz, es una luz muy dura que entra por la espalda del fotografiado y que obliga a tirar con ciertas particularidades, como es el tener que quemar o casi quemar el fondo para contrarrestar la falta de luz en el objeto principal. Esto hace que las imágenes tengan un aspecto bastante lavado y generalmente, se pierde algo de textura a cambio de un poquito de mayor suavidad. También hay que tener en cuenta cuanto queremos ajustar la imagen, pues hoy en día gracias al gran rango dinámico de nuestras cámaras, si ajustamos en un punto medio, es posible recuperar bastante en sombras y luces, consiguiendo una imagen muy compensada, mucho más de lo que podríamos haber imaginado hace más de 10 años.
Como veis en la imagen, aún siendo un contraluz lateral muy duro, se puede ver la playa al fondo, incluso se puede llegar a intuir el mar y como rompen las olas.
La naturalidad de la expresión, los pelos al viento, la humedad de la melena después de haberse mojado en el agua salada, fue lo que más me atrajo de esta imagen, la cual ya está lista para enviarse a imprimir.
Por otro lado, seguimos el paseo para ahora meternos entre edificios y aceras donde entra y sale luz por diferentes pasillos que formas esos grandes edificios.
La luz aquí pierde algo de fuerza, está atravesando árboles, verjas, balcones, toldos y aún siendo directa, ya no es tan dura como en plena playa, donde no solo teníamos la luz que nos llegaba del sol, sino todo el reflejo que produce el inmenso mar y la arena de playa.
Aquí tenía una suave luz lateral que bañaba algunos centímetros de acera entre metros de sombras. Es una de las escenas más habituales para jugar con los claro-oscuros, para resaltar un objeto a pleno día entre las sombras, casi como si estuviéramos en estudio.
En este tipo de escenas, podemos apurar más o menos las luces y sombras, podemos conseguir cerrar mucho la imagen o por contra, dejar un poco de claridad para tener una escena compensada. En este caso, preferí compensar un poquito solo, y aunque marqué bien con la luz principal, quise dejar una escena abierta donde se pudieran apreciar más detalles, gracias a la composición y el ajuste de luz, aparte de la ligera edición.
Con la luz directa y lateral, conseguimos retratos con un mayor volumen, se pueden apreciar mejor las formas, todo adquiere más relieve y las texturas tienen un mayor protagonismo. Aparte, al haber dejado luz en el fondo, también posiciona mejor la imagen, lo que ayuda a construir una escena.
Un mismo lugar, una misma hora, pero una imagen totalmente diferente.