Hace un par de semanas que tengo la genial Fujifilm X-pro1 que muy amablemente me ha cedido Fujifilm para probar. Una cámara al «estilo clásico», que podría confundirse perfectamente con una telemétrica.
Me llegó con los 3 objetivos fujinon de que disponen actualmente en el mercado para dicha cámara, el 18 f2, 35 f1.4 y 60 f2,4.
La cámara la estoy probando detenidamente en casi todo tipo de fotografías, callejera, de paisaje, de manera turística, en deportes, en malas condiciones de luz… etc, estoy haciendo de todo un poco y por ello ésta será una de las varias entradas que escriba sobre esta cámara, para que los que estéis interesados en su compra tengáis la mayor cantidad de detalles posibles.
Como siempre digo, mis pruebas y análisis no se basan en datos técnicos, para eso tenéis la web del fabricante. Mis pruebas se basan en su uso, el uso que cualquier persona tanto profesional como aficionado le daría a esta cámara en diferentes condiciones. Hablaré sobre mis sensaciones en campo, sus aspectos positivos y sus aspectos negativos.
Bueno, dejémonos de tanto rollo y vayamos a la faena:
Como algunos sabréis, llevo practicando kickboxing desde hace ya unos cuantos años y ayer que tenía entrenamiento, se me ocurrió que sería un lugar perfecto para probar la cámara en una de las peores situaciones que te puedes encontrar para fotografiar.
Se trata de una sala no muy grande, de noche, con una luz muy pobre y con competidores que realizan movimientos muy rápidos e impredecibles ¿Se podía poner peor la cosa? Si, la prueba la realicé sin el uso de flash.
Preparo el Fujinon 35mm 1.4 para absorver la mayor cantidad de luz posible con esa gran apertura, aunque me la estoy jugando con la profundidad de campo, pero no queda otra, necesito bastante velocidad de obturación. Tiro de ISO 2000, ISO 3200 y ajusto una velocidad entre 120 y 200 para congelar el movimiento y en algunas ocasiones dejar una pequeña estela del movimiento.
El sensor APS-C de 16 mpx es fantástico en combinación con la lente 35mm f1.4, una calidad de imagen muy buena, muy nítida y con unos resultados a ISOs elevados que ya quisiera mi Canon 5D mk2. Siento que el ISO de mi Canon se ha quedado desfasado.
Los ajustes en este tipo de fotografía se deben hacer manualmente, medición de luz correcta, apertura adecuada, ISO adecuado y después con una mínimos ajustes en lightroom todo quedará perfecto.
Curiosamente con este modelo estoy más cómodo trabajando a través de la pantalla digital que a través del visor electrónico u óptico. Al menos para este tipo de fotografía, trabajé más rápido disparando a través de la pantalla.
Ahora llega una de las peores pruebas y más dura, el uso del AF. Poca luz, movimientos rápidos, el AF se volvía loco, conseguí capturar algunas fotos aún en condiciones tan extremas, con apertura de f1.4 y sin apenas luz. Pero está claro que sería exagerado hablar de un mal AF en esta ocasión, de ello ya hablaremos en las siguientes entradas que quedan por venir.
En esta situación lo mejor es tirar de enfoque manual, calcular una distancia de enfoque y jugar en esa distancia. De este modo los resultados fueron satisfactorios.
Pero, uno de los problemas surgieron a la hora de realizar muchas fotos seguidas. Estamos hablando de combates, no puedes permitirte un segundo para respirar, hay que estar constantemente metido en la escena y fotografiar en cada milésima que te encuentras en una buena posición. Aquí la cámara se atragantó en el momento que tiraba más de 8 ó 9 fotos seguidas y ahí ya le costaba recargar el buffer, necesitando demasiado tiempo para volver a liberarse de la carga. Estamos hablando que usé una SD Sandisk Extreme Pro de 16GB, de lo mejorcito y más rápido que hay en el mercado, por lo que el problema no era de la tarjeta.
Por lo tanto, la cámara se comportó bien en malas condiciones de luz y en un deporte muy complicado de fotografiar, pero no la vi preparada para disparar grandes cantidades de fotos en poco tiempo.
En la edición de los RAW permite una gran variación en los ajustes, 2EV sin el más mínimo problema, y buena recuperación de altas luces y sombras.
Para terminar, os muestro algunas de las fotos que realicé, con edición en blanco y negro muy agresivo, que le viene al pelo al tipo de foto que he podido realizar con esta cámara.
En estas semanas, hablaré con más detalle de esta genial cámara.
En Enero de este año realizamos el llamado #fronzenphotowalk más que nada, porque hizo un frío del carajo, pero eso no fue motivo para no sacar las cámaras y fotografiar por las calles de Madrid.
Ahora en Octubre hemos vuelto a juntarnos varios de la anterior edición, aunque con algunas faltas, y bastantes caras nuevas. Ha sido una tarde genial, poner cara a muchos que todavía no conocía y juntarnos un buen rato para charlar de fotografía. Además poder trastear con nuevas cámaras y compartir opiniones.
El tiempo por suerte acompañó y la palabra «frozen» quedó en el olvido.
Yo estuve probando la Fujifilm Xpro 1, de la cual hablaré detenidamente en las próximas semanas y subiré algunas fotos realizadas con ella.
Muchas gracias a todos por venir y hacernos pasar una tarde tan agradable. Para la próxima más y mejor.
¿Sugerencias para el próximo?
En mi caso, creo que hubiera sido necesario haber preparado un plano con ruta y no haberlo dejado tan aleatorio. Pensé que sería mejor para no hacer las mismas rutas de siempre, pero creo que confundió un poco a la gente. También para el próximo, haré el evento en facebook, a la mayoría no nos ha gustado el resultado en google +.
Aquí algunas fotos que estuvimos compartiendo, realizadas con los móviles.
Aquí me tenéis un poco antes de quedar en Plaza España para empezar el fronzephotowalk.
Aquí creo que estamos todos o casi todos (excepto yo que hice la foto).
Llegada a Moncloa.
Foto de Asiergapa mientras nos preparábamos para una foto de grupo.
Parada para coger fuerzas.
Probando la Canon 1Dx de Juan Jover.
Rematando la noche con una hamburguesa y los últimos que quedamos.
Todo trabajo tiene un final, algo que comenzamos lo debemos terminar y la forma en que se termine viene determinada por el destino final.
Por ejemplo, suponemos que el propósito final de una película es proyectar el trabajo en una buena sala, para que todo el dinero que nos hemos gastado en la producción sea apreciado al máximo, tanto en sonido como en imagen.
Pero ¿Cual es el destino final en fotografía? ¿Un monitor, un álbum de 20 euros, un álbum profesional?
Todo esto me vino a la cabeza pensando en los precios de los trabajos de bodas. Hay muchos trabajos que se ofrecen directamente en un pendrive, entregando así los archivos fotográficos en alta calidad y ahorrando en álbum. Y me imagino los problemas que pueden ocasionar y otros que he comprado directamente:
1. Es muy probable que una familia normal, no haya calibrado su monitor, ni sepa siquiera que es eso. Por lo que no sabemos como verán las fotos, posiblemente los tonos varíen a como realmente son.
2. Probablemente si imprimen una fotografía no van a saber sacar las tonalidades, ni usar las calidades del papel profesional que hay en el mercado, perdiendo textura y calidad en el formato final.
3. Encargar un álbum de 20-30 euros los cuales dan una calidad pésima en comparación con cualquier álbum profesional de fotografía. Por lo que las fotos perderán en definición, colores, textura en un nivel altamente alarmante.
Estos son uno de los principales problemas de la era digital, pero hay muchos más.
Ahora el trabajo que se entrega a un usuario final puede derivar en otros. Hace años, los trabajos se entregaban generalmente ya revelados en papel, y de nosotros dependía en el medio donde pegarlo, pero no variábamos el formato final.
Ahora las imágenes se entregan en JPG, editadas perfectamente, ajustados los colores y un largo etcétera, pero ese archivo se verá diferente en función del destino final que usemos para reproducirlo. Y ya sin contar que para revelar una archivo digital, no basta con llevar el archivo a la tienda de copias más cercana. Hay que realizar una edición concreta para un laboratorio en concreto y así sacar una fotografía lo más parecida a lo que veíamos en nuestro monitor.
Todavía hay mucha desinformación en la era digital, esa era en la que es más fácil que nunca realizar una fotografía, pero que es más difícil que nunca explicar que los medios de reproducción necesitan estar preparados para ello.