Desde que Canon anunció la montura RF pudimos ver claramente que era el nuevo sistema por el que iba a apostar no a largo plazo, sino ya. Las primeras cámaras entraron tímidamente, con unas características limitadas pero con un abanico de objetivos espectacular. Esto último fue lo que presagiaba que iban muy en serio.
Toda la nueva gama RF con el sello L tiene una construcción muy pareja, con un acabado negro que tiende a mate en objetivos de corto alcance y un anillo extra al que podemos elegir su función.
En términos generales se puede decir que son grandes, quizás más grandes que su equivalente en montura EF y ligerisimamente más pesados.
Pero vayamos por partes y hablemos de los siguientes objetivos el RF 50 1.2 y el 28-70 f2.
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