Como todo en esta vida, hay cosas por las que pasamos sin una idea clara y otras que hemos medido hasta el último milímetro.
En las sesiones de fotos ocurre lo mismo, se puede ir con una idea clara de lo que se va a hacer o dejar paso a la improvisación. Esto último no es para nada sorprendente, hay directores de cine que usan ese mismo método para dar a sus películas un toque muy personal y generalmente, con una mayor facilidad a que surja algo diferente y más creativo.
Cuando llevamos todo planificado y no nos salimos del guión, es posible que su realización nos parezca algo más monótona, aunque esto no quiere decir que los resultados vayan a ser peores.