Cuando alguien busca un servicio serio, que le ofrezca todo tipo de posibilidades y que imprima como a uno le gusta, se convierte en una tarea bastante complicada. Muchas tiendas parece que han centrado su mercado en una especie de segundo plano, en donde no importan los colores, el encuadre y los tamaños reales, sino simplemente atraer a las personas que se coforman con ver sus fotos en papel.
Para los que si nos importa obtener un buen resultado, lo más parecido a lo que vemos en pantalla, la cosa se pone fea y más aún después de mi experiencia con una empresa habitual a la que voy a tener que dejar de ir.
En dicha empresa he tenido siempre algún tipo de problema con el revelado y siempre que he buscado soluciones o alguna forma de conseguir un buen resultado se han interpuesto sus empleados, generalmente por desconocimiento y porque no es su negocio.