Cuando se realiza una sesión de estudio, no todo debe ser estricto y serio, sino todo lo contrario, a mi me gusta que el cliente se sienta como en casa, que se divierta, que sonría, que sea natural.
En el momento que surge esa complicidad, todo va a mejor, no sólo saca un mayor potencial delante de la cámara, sino que también es mucho más receptivo a las explicaciones y sugerencias para posar.
Creo que la siguiente foto es un claro ejemplo de lo que hablo:
¿Momento WTF del día? Posiblemente jajaja