Hace unas semanas tuve una especie de post desahogo, donde escribí un poco por encima mi pequeña historia de como empecé en este mundo de la fotografía y como llegué a ser fotógrafo profesional y vivir de la fotografía.
Por cosas del destino, esa pequeña reflexión acabó en la pantalla de uno de los fundadores de dzoom, el cual se interesó por mi historia y quiso desarrollarla un poquito más con una serie de preguntas de como fue mi experiencia y como llegué a ser fotógrafo. Yo por supuesto, no dudé un segundo y estuve encantado de participar en esa entrevista y desarrollar un poquito más mi historia.
Generalmente y gracias a internet, cada vez es menos habitual disponer de un rincón donde recibir a la gente, aunque no por ello para determinados tipos de clientes es bastante recomendable.
Tengo la suerte de contratar gracias a mi web, ya que los clientes que vienen a encargarme algún trabajo o se ponen en contacto conmigo, ya saben lo que se van a encontrar y no hace falta venderles la moto con un bonito local, que insisto, también ayuda.
Yo no vendo una imagen a pie de calle, vendo una imagen con mis trabajos, busco que la gente que me contrate lo haga por mis fotos. Eso hace que me esfuerce más por mejorar y ofrecer un trabajo cada día mejor. No quiero estancarme ofreciendo una calidad media-baja, que no me motive, para simplemente ofrecer un precio bajo y así hacer muchas contrataciones.
Hace tiempo tuve las cosas claras, buscaba un trabajo que me motivara, que me hiciera esforzarme día a día y no terminar siendo un conformista.
Si hay algo importante dentro de un trabajo, es sentirte valorado y así exprimirte y disfrutar de lo que haces. Si tu trabajo no te ofrece ningún tipo de motivación, acabas siendo un zombi esclavizado 8 horas al día, sin ningún tipo de ilusión. Yo no quería convertirme en eso.
Mi zona de trabajo es muy modesta, un pequeño despacho a pié de calle donde recibo a algunos clientes de la zona, con mi equipo de ordenadores y discos para editar fotografías, aparte de un estudio donde realizar algunos trabajos. Creo que es algo de lo más habitual hoy en día. La mayoría de fotógrafos que conozco de mi edad son chavales que no disponen de despacho, trabajan directamente desde casa y con una conexión a internet y web, que es su escaparate y zona de contacto habitual. Y no sólo eso, muchos de los fotógrafos más famosos que conozco a nivel internacional, trabajan directamente desde casa y sólo se desplazan para trabajar o quedar con el cliente en alguna cafetería.
En esto se está convirtiendo la fotografía actual, en un intercambio visual por internet y en una contratación por email. Ofreciendo muchísimas facilidades para empezar en el negocio a muchos grandes fotógrafos que por desgracia no tienen recursos.
Hace años el fotógrafo generalmente venía de familia, heredando el estudio y los clientes del padre.
Los tiempos cambian, cada vez los clientes tienen más claro lo que buscan, entienden más de fotografía y deciden contratar por la calidad del trabajo, no por la fachada.
Actualmente los fotógrafos nos forjamos a base de ganas, pasión y echarnos a la calle sin miedos, con toda la ilusión del mundo. Quizás sea una época complicada, pero no por eso no vamos a echar para atrás.
Si te apasiona la fotografía, si algún día quisistes ser fotógrafo, que no te quieten las ganas los tiempos que vivimos, acuérdate de las facilidades y medios de los que ahora disponemos, y haz realidad tu sueño.
Ayer miércoles se terminaron los carnavales, una de las fiestas más grandes (sino la que más, al menos para mi) de Navalmoral de la Mata.
Como todos los años, gracias a la gran pasión que ponen todas las peñas, a su gran trabajo y esfuerzo, hacen que siga siendo un espectáculo digno de ver y que recomiendo a todo el mundo visitar una vez en su vida.
Gracias a todos por convertir por unos días a Navalmoral en un lugar lleno de colorido e ilusión.
Hoy termino el recopilatorio de fotos, con una galería de fotos del desfile del martes.
El Carnaval de Navalmoral de la Mata es uno de los grandes acontecimientos de mi tierra y del que yo personalmente más disfruto.
He desfilado durante un montón de años y ahora me llega el turno de plasmar con mi cámara de fotos esa instensidad, emoción y sentimientos que cada moralo dedica a este gran momento.
Hay que vivirlo desde muy dentro para quizás entender de lo que hablo, pero así es el carnaval de mi tierra, momentos únicos e irrepetibles llenos de gran ilusión.
Por motivos obvios, no puedo publicar todas las fotos y hacer una selección de las más impactantes, pues intento representar todo el carnaval y a todas sus peñas. Y por supuesto, tampoco tengo tiempo para ello, pues la dedicación que lleva cada fotografía y su selección me llevaría semanas, y sin embargo las plasmo aquí al día siguiente de realizarlas.