Cualquier lugar es bueno para un reportaje de bodas
En el tema de la fotografía de bodas cada año se lleva una cosa, unos años no hay límite de tiempo para un buen reportaje durante la boda (aunque no suelo estar más de una hora) y otras veces las parejas no quieren apenas fotos para así estar más tiempo en el cóctel. Evidentemente todo es respetable y todo funciona bien, pues ya no considero un momento más importante que otro, sino que un reportaje de bodas es algo que empieza con los primeros preparativos y termina en la fiesta post-baile. Lo único que siempre recomiendo aunque sean 15 minutos de fotos solo la pareja, para que tengan algo de los dos más artístico y personal, con la emoción de ese día y ya si eso el resto lo dejamos para una postboda.
En esta ocasión me embarqué en la tarea de ir a ciegas a la zona de reportaje. Eso suele pasar cuando tengo que viajar fuera, no conozco el lugar y la pareja me recomienda alguna zona «poco habitual», con esto me refiero a zonas donde no va todo el mundo a hacer fotos. Odio ir a lo típico, prefiero hacer fotos en dos metros cuadrados que ir a los sitios donde tenían fotos de boda hasta nuestros abuelos.
El lugar era una zona de vías abandonadas, en mitad de la ciudad, rodeados de edificios, paredes pintadas y escombros, pero sin embargo para mi era el lugar perfecto para crear un reportaje de fotos único.
Durante el reportaje me tiraron alguna foto mientras trabajaba y así podéis visualizar mejor la zona donde se hizo el reportaje, también la diferencia entre la foto y lo que realmente vemos sin encuadrar.
Totalmente de acuerdo Vicente, (casi) cualquier lugar es bueno para un reportaje de bodas. Yo como tú, soy partidario de tener al menos esos 15 minutos con la pareja, pero en caso de no poder (por decisión de la pareja, mal tiempo, falta de tiempo…) prefiero completar el reportaje con una sesión postboda.
Creo que los novios deberían concienciarse de la importancia del reportaje de postboda. Son muchas más las ventajas que el pequeño sobre-coste que pueda suponer al final.
Por cierto, bonita luz y bonito resultado!
Gracias Joaquín. Yo rara vez no consigo esos 15 minutos, siempre más, aunque sea al lado del cóctel, es una parte muy bonita del propio reportaje que luego seguro echan de menos, aunque sean tres fotitos. Las postboda son donde sacar a relucir todo nuestro potencial, sin prisas y si hay suerte de viajar, ni te cuento 🙂