La comodidad del móvil y las fotos de recuerdo

No todos hemos tenido la suerte de conservar fotos de nuestra época de recién nacido y me atrevo a decir, de nuestros primeros diez años.

En mi caso mi madre también fue aficionada a la fotografía como yo en mis comienzos, y tengo el recuerdo de mis primeros años de vida en álbumes con las típicas fotos impresas y esos colores únicos que iban cambiando en cada generación de cámara y película. Ahora, cada vez que veo una de esas fotos me imagino a mi madre con cámara en mano, intentando componer y la ilusión de ir a recoger las fotos reveladas y ver los resultados.

La fotografía analógica siempre será recordada con un encanto especial.

En el siglo que vivimos raro será que nuestros hijos no tengan un recuerdo a máxima resolución de su vida, tanto en foto como en video, con calidades de sobra para recordar cada detalle que cobra vida en el pasado de dicha foto. El móvil, un dispositivo que lleva en su bolsillo o bolso el 92% de la población mundial (según datos leídos) será nuestro fiel compañero de viajes y de registrar cada minuto, cada segundo de nuestras vidas, sea con imágenes, comentarios en redes sociales y un sin fin de utilidades que a veces no sabemos ni que las estamos usando.

Esto a la larga hace que se pierda el encanto del reportaje de fotos. Ese día único que decides salir a un lugar determinado, a una hora fijada, buscando una fotografía especial. Una fotografía que marque una época, una edad de la persona que retratamos.

Tenemos cada segundo de nuestras vidas en fotos, pero ¿tienen alguna intención?

Cuando salgo con cámara en mano para hacer fotos a mi hija, voy con una mentalidad diferente a cuando uso el teléfono móvil. Si, sé componer y usar diferentes herramientas para la mayoría de personas desconocidas, pero no es lo mismo. Con mi cámara en mano, me centro en la fotografía, presto especial atención a cada detalle, al lugar y la hora a la que vamos a ir. No es un simple recuerdo más, es un recuerdo con intención de ser especial y que con el paso de los años marque un reflejo de aquella época de la manera más bella posible. Es quizás como ese momento en el que un cocinero se pone el Toque Blanche.

Por mucho que hayan mejorado las cámaras de los móviles, siguen estando a años luz del manejo rápido y preciso de una cámara réflex de gama alta. Y como todo en esta vida, cada cosa tiene su particular uso y su campo.

Sé que mi hija tendrá un recuerdo de cada instante de su vida, del que me estoy preocupando por conservar con el paso de los años. Pero con el reportaje de fotos, quiero que tenga una sensación diferente, su momento íntimo y único, donde sólo estábamos ella y yo, mi objetivo centrado únicamente en verla disfrutar y recoger cada movimiento de pelo, cada sonrisa, cada mirada única y especial que sólo mi hija me sabe dar. Que tenga esa sensación de que ahí estaba su padre, disfrutando con ella y con su cámara, un momento único padre e hija que perdurará para siempre.

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Written by Vicente Alfonso