En busca del rayo de luz

Todo fotógrafo siempre está al acecho de «la foto», esa foto que de vez en cuando sale, después de mucho buscar, esperar y rematar. Otras veces no sale, pero la simple búsqueda es ya de por si divertida.

La siguiente foto tiene su pequeña historia, dado que la busqué, la esperé y la encontré:

Estaba haciendo fotos en la iglesia, una iglesia con una luz fantástica y unos ventanales que dejaban pasar los rayos de luz en diferentes direcciones. Como el sol iba bajando, la entrada de luz iba variando en su largo pero lento camino. En uno de esos momentos se puso casi encima de los novios y aproveché para hacer algunas fotos aprovechando esa fantástica luz que les daba a los dos en la cara. Pero justo la novia recogió su abanico blanco reluciente y vi un resplandor. En ese momento imaginé que quizás ese abanico podría hacer a la vez la función de reflector y corrí en la dirección contraria, a contra luz.

La novia no paraba de abanicarse y era complicado pillar el momento oportuno, aparte de que tendría ese abanico que estar en la posición perfecta con respecto a la luz, para cogerla, rebotarla y además, llegar a la piel de la novia. Tuve que esperar pacientemente, tirar muchas fotos, ver que si que rebotaba la luz, sólo me faltaba el momento el que rebotaría en la cara de la novia.

Después de muchas fotos, ese momento llegó. La novia bajó un poco el abanico, éste rebotó la luz y la mandó directamente a su cara justamente estando a contraluz. Recogí varias fotos similares, aunque la que encabeza esta entrada es una de las que más me gustan.

Written by Vicente Alfonso