Determinar el precio de nuestro trabajo no es tarea fácil

Uno de los principales problemas que te encuentras en la profesión liberal, con una gran cantidad de trabajos diferentes, es saber dar el precio adecuado.

Recuerdo mi primer año como autónomo, dando palos de ciego e intentado cuadrar todo de la mejor forma posible. Incluso habiendo hecho varios estudios sobre los precios adecuados para los trabajos más habituales, sentía la necesidad de cambiarlos.

Si hay algo que determina el precio de tu trabajo, es el tiempo y la experiencia. El tiempo te indica los cambios en la sociedad y la demanda. La experiencia te dice el precio que necesitas para que obtengas un beneficio adecuado a tu nivel de vida, o adecuar un beneficio para vivir.

Tengo grabado en mente un programa en Callejeros, en el que un famoso peluquero que cobraba alrededor de 200 euros por un corte de pelo, decía «Yo no pagaría ese dinero por un corte de pelo, pero puedo pedirlo porque he llegado a un nivel que me lo permite. No todo el mundo vale para tratar en ciertos niveles, aún siendo el mejor en su trabajo». Por lo que muchas veces no sólo la demanda de tu trabajo te indicará el precio que debes elegir, sino también tu personalidad será crucial a la hora de tratar con diferentes tipos de clientes. No todo el mundo está preparado para trabajar con Vogue por muy bueno que sea.

Cada uno debe ser inteligente y poner el precio que considera adecuado a su trabajo, calidad, horas de trabajo y sensación personal. Si crees que estás cobrando poco, es que estás cobrando poco y deberías subir el precio. Cuando se trabaja con la sensación de que se está regalando el trabajo, la calidad, la pasión y las ganas disminuyen, y seguramente a largo plazo tenga consecuencias negativas en tu negocio.

Hay gente que puede cobrar por una boda 5000 euros y con suficiente clientela como para poder pedir ese precio, sea por la calidad de su trabajo o sea por el círculo de clientes en el que se mueve, aunque por norma general, alguien que tiene un precio al menos 2 veces superior a la media, es porque su trabajo es bastante bueno. Al igual que alguien que se mueve en precios de la mitad de la media, es que tiene un trabajo bastante mediocre y no tiene otra forma para poder venderse.

Todo sea dicho, la mayoría hemos empezado cobrando bastante poco en comparación con cualquier fotógrafo asentado durante años en la profesión, muchas veces es la única forma de empezar y darse a conocer. Aunque es importante al poco tiempo variar la política de precios y adecuarse a las necesidades diarias para vivir. Una política de precios incorrecta, te mandará de vuelta al paro. Hay que tener paciencia, pero también ser realista.

A partir de aquí vienen muchos quebraderos de cabeza que sólo se resuelven con la experiencia, el tiempo y preguntando a colegas de profesión. Yo sé que cobrar por bastantes trabajos de fotografía que todavía no he realizado, pero hay muchos en los que tampoco sabría como desenvolverme. Hay veces que se debe cobrar por hora, otros por trabajo completo, otros por número de fotos… etc, pero no hay una regla de oro que te diga que hacer en cada caso.

Es importante preguntar, ser realista y a partir de ahí dar una tarifa con la que sepas que vas as trabajar con margen de beneficio y a gusto. Encontrar muchas veces el precio justo, en el que el cliente esté totalmente satisfecho y nosotros también, es complicado. Si alguien no está dispuesto a pagar un precio que consideras justo, es que ese trabajo no es para ti.

Recuerda que no sólo trabajas unas horas determinadas para realizar unas fotos, hay mucho material carísimo que se debe comprar y reemplazar con el tiempo, pagos mensuales, facturas, IVA…

Pon un precio a tu trabajo, la demanda y el día a día te dirán lo que debes cobrar. Los tiempos cambian, la economía cambia, a veces hay que adecuarse y otras veces resistir. Tú decides, nadie lo va a hacer por ti.

Mi consejo, sé valiente, deja de darle vueltas a la cabeza y empieza ya.

Written by Vicente Alfonso