Cuidado al reencuadrar, usa los puntos de enfoque

Una de las primeras reglas que aprendemos en fotografía, es que cuando queremos enfocar un sujeto que no se encuentra en el centro de nuestra composición, reencuadramos.

Pero hay que tener presente una regla fundamental en fotografía y es que la profundidad de campo varía en función de: la apertura, la distancia al plano de enfoque y la focal usada (tened en cuenta el factor de recorte). En función de lo que estemos usando quizás reencuadrar no sea la mejor opción.

Cuando estamos realizando un plano general, con un gran angular, a una distancia de un par de metros y con aperturas de al menos f4, generalmente tendremos una profundidad de campo bastante aceptable. Pongo como ejemplo lo siguiente: disparamos con un 35mm a f5,6 y a 2 metros de distancia con respecto al plano de enfoque, en este caso tendremos 1,19 metros de profundidad de campo. La profundidad de campo es la zona que aparecerá más nítida en nuestra fotografía, siendo el punto de máxima nitidez, el punto de enfoque. Teniendo esto en cuenta, no creo que haya ningún problema en reencuadrar.

Ahora bien, supongamos que realizamos un retrato con un 85mm, a 2 metros de distancia y  a f2, nuestra profundidad de campo será de 7 centímetros. Como comprenderéis, si reencuadramos enfocando a un punto lateral, es muy posible que al volver al centro, hayamos perdido algunos de esos centímetros. Y ya no hablemos de fotos realizadas con aperturas de f1.4 o similares. Unos milímetros de movimiento y nuestro enfoque estará en la oreja del retratado.

Por eso hay que tener presente algo muy importante y que muchas veces se pasa por alto, el uso de los puntos de enfoque de nuestra cámara.

Todas las cámaras disponen de al menos 7 puntos de enfoque en cruz, con la opción correspondiente para poder elegir el punto que deseemos en cualquier ocasión. En Canon es bastante ágil, mediante el uso de un joystick. La única pega es que generalmente esos puntos suelen estar demasiado centrados y no es posible realizar encuadres todo lo abierto que nos gustaría. También su enfoque suele dejar algo más que deseear que el central. Pero aún con estos dos mínimos problemas, es mejor el uso de un punto lateral en profundidades de campo pequeñas, que reencuadrar y tener una foto desenfocada.

Mucho cuidado con esto, pues estoy seguro que es una de las primeras causas de devolución en objetivos con aperturas muy abiertas.

Written by Vicente Alfonso