Fotografía callejera, lo que voy aprendiendo
Si hay algo que he aprendido en la fotografía callejera, una disciplina que no he practicado mucho últimamente, es que SI importa el lugar en donde se realiza.
Cuanto más grande la ciudad en donde se realice, mejor. En pueblo pequeños o ciudades medias, donde el tránsito de gente suele ser reducido a determinadas zonas, donde es fácil coincidir con conocidos o que alguien te conozca y después termine en habladurías, no es un lugar adecuado para ello, al menos para retratar a personas. Por supuesto, se puede hacer, pero no se goza de la misma libertad que se puede encontar en una ciudad de 400.000 habitantes, como puede ser Valladolid.
Pero no sólo es la población, también sus rincones. En una ciudad pequeña de 50.000 habitantes, acabas recorriendo sus mismos rincones después de poco más de 1 semana de escapadas. Mientras que si te mueves por grandes ciudades, y no hay miedo a salir de lo habitual, puedes encontrarte nuevos escenarios cada día.
También me ha parecido entender después de todos estos años, que el recelo a estar delante de una cámara o ver a alguien retratando todo su alrededor con una cámara, pasa más desapercibido o al menos se le hace menos caso, cuanto mayor es la población. En ciudades pequeñas, puedes acabar siendo el centro de atención.
Y no sólo eso, las modas también. En ciudades pequeñas es poco habitual ver patrones en sus gente fuera de lo común, existe mucho «la crítica por todo», por la forma de vestir, accesorios a usar, lo que haces o dejas de hacer… etc, por lo que aunque parezca mentira, condicionan en parte a sus gentes y es difícil ver algo fuera de lo común. En ciudades grandes donde es complicado volver a verse dos veces en la vida, la gente viste y hace lo que le gusta, sin miedo a la crítica exterior y sin condicionar su forma de ser. Este útimo párrafo me parece fundamental y para mi, es la primera causa de diferencia entre salir a ralizar fotografía callejera en uno u otro lugar, y que tiene una relación directa con el trabajo final que realicemos. También es importante para hacerte sentir como uno más aún llevando 3 mochilas encima y 2 cámaras o hacerte sentir un bicho raro.
No quiero desanimar a todos los que viven en zonas pequeñas, pero después de mi experiencia, me parece toda una realidad. No es lo mismo salir por Londres a hacer fotografía callejera que por una ciudad de 30.000 habitantes, sin desmerecer ninguna ciudad. Pero hay escenarios que son más propicios para salir con la cámara de paseo día a día y otros para retratarlos sólo unos días.
Es importante también hacer escapadas a escenarios que nunca hayamos visitado, pues suelen avivar nuesta creatividad y aparte, quitarnos ese miedo a ser reconocidos que es habitual en los entornos por donde nos movemos habitualmente. Pero esto es sólo una parte que debe complemetarse con las anteriores.
Por supuesto, esto no es tajante y no cierro el campo a la posibilidad de que haya rincones pequeños geniales para fotografía callejera y rincones grandes poco aptos para ello, pues sus gentes, cultura y demás, también son una parte importante en todo ello.
Para terminar, unas fotografías que pude realizar por Madrid el pasado fin de semana, donde uno se siente libre retratando todo lo que le rodea.
hombre, valladolid por lo bien que lo conozco no te creas que es enorme, al final también acabas viendo los 4 sitios de siempre y aquí hay un problema peor, que siempre acabas cruzándote con algún fotógrafo maleducado que no hace más que estorbar.
en cambio en sitios pequeños como pueblos, la gente suele ser más abierta por lo que puedes entablar una conversación, por lo que en vez de robar una imagen puedes tener una historia que contar.
Tienes mucha razón…pero siempre hay dias que te regalan cosas poco usuales a lo largo de grandes vueltas al mismo sitio,poder ver algo donde antes no había nada te da ese punto de reflexión…he vivido en varias partes y siempre hay algo que me lleva a ver de manera importante las cosas…siempre pasa algo diferente…algo que sucede alrededor…animo…desde huelva
@reflejandome fotografia: al final por lo que veo, hay de todo jejeje, pero te aseguro que en un pueblo pequeño con una cámara grande colgada del cuello, puedes ser el centro de atención y cuchicheos… Eso no ocurre en cidudades un poco grandes.
@Kayus: es bueno moverse y visitar sitios nuevos, tardamos en cansarnos, pero después de muchos años en el mismo sitio, siempre se acaba perdiendo ese maravilloso ojo que aparece en los primeros meses en una ciudad nueva.
Saludos
La mayoría de las veces el bosque no deja ver los arboles, tampoco lo «fuera de lo común» es lo mismo para todos, estoy mas de acuerdo con el comentario de Kayus, creo que el ojo hay que educarlo y entrenarlo y para ello mejor sitios nuevos o no demasiado visitados (por el fotógrafo).
Solo voy a decir una cosa:
Eugene Smith, Deleitosa, 1950. Google it.
Entonces no se que habitantes tenia, pero ahora cuenta con 850 segun el censo del 2010.
En el penúltimo párrafo lo explico.
me he cansado antes.
Entonces no sé que haces comentando algo que no has leído.
No es del todo cierto, como fotógrafo de «provincias», si es cierto que cuantos menos habitantes más recelos y peor para callejear, pero hemos de matizar entre zonas urbanas normales y zonas más turísticas, ahí es más sencillo pasar desapercibido. Pero la cosa cambia mucho, sin importar el número de habitantes, en otros países con culturas diferentes a la española, te puedes perder por New York, pero no es tán sencillo en Estambul o Delhi, la cultura, la raza y otras diferencias, vestir, concepto de lo público, etc, hacen que tampoco sea fácil callejear en otros países. Para facilitar la tarea lo más sencillo y útil ha sido siempre intersarse e implicarse en lo que hacen las personas que quieres fotografiar, siempre que puedas, y sino la sonrisa y la educación te abren muchas puertas.