El color que vemos

Hay algo complicado de explicar y quizás de hacer entender en el mundo de la fotografía actualmente, y es el tema del color. Todo el mundo habla de fotografía, pero muy pocos trabajan y ven el color como realmente se debería ver, pues no es muy común a no ser que estés en el sector profesional (y a veces ni eso), que se tenga el monitor correctamente calibrado y perfilado.

La calibración y perfilado de los monitores, se hace básicamente para tener una copia fiel en color a lo que realmente estamos viendo y así poder estar seguros, que esas tonalidades en las que estamos trabajando se verán igual de bien en cualquier otro monitor o empresa de impresión del mundo que por supuesto, también tenga realizado un correcto perfilado y calibrado.

Si por algún casual nosotros trabajamos sobre un monitor con la configuración de fábrica o en un espacio de color incorrecto, es muy probable que nuestra fotografía realmente no tenga esas tonalidades que nosotros estamos viendo. Es posible que lo que nosotros vemos como cian, sea algo más tirando a verde, lo que vemos rojo, sea algo verdoso… etc. Por lo que quizás esa foto que tanto nos gusta, pueda ser presa de críticas incomprendidas acerca de sus tonalidades.

También es posible que si hemos encargado un trabajo fotográfico y nos lo entregan en formato digital, podamos ver unos colores algo estraños a los que realmente vimos cuando nos lo enseñaron.

Todo el mundo que trabaje en fotografía, le guste la fotografía o encargue un trabajo fotográfico que será entregado en formato digital, debería tener el monitor calibrado y perfilado. Básicamente, porque si cada cliente a quién le pasas un trabajo tiene el monitor como le viene de fábrica, es muy probable que las tonalidades de las fotos que estén viendo, difieran bastante de las tonalidades que realmente tienen. Estarás viendo fotos con colores que no son reales.

Como no se puede trabajar para cada monitor o televisor donde se van a proyectar unas fotografías, debemos basarnos en un estandar que sea reconocible en el mundo entero, debemos basarnos en unos colores que se vean igual en América como en Asia independientemente del monitor que se use. De ahí que se necesite tener el monitor calibrado y perfilado correctamente, trabajar sobre el espacio de trabajo adecuado y exportar las fotografías con el perfil de color correcto. No podemos esperar que los tonos se vean bien en el monitor de nuestra casa, de nuestros padres y del vecino, si no se ha calibrado y perfilado previamente todos y cada uno de esos monitores.

Luego ya aparte y para complicar más las cosas, hay ciertos navegadores que no leen correctamente los perfiles de color adobeRGB, por lo que lo normal cuando se sube una foto a internet sea en el perfil sRGB, un estandar casi para todo.

Por lo tanto, si un día estás viendo un trabajo fotográfico o vas a mandar a revelar alguna foto, piensa antes si realmente los colores que ves son los que realmente son, no vayas a llevarte una sorpresa cuando te vengan las fotos en papel o te pongas a discutir a alguien sobre los tonos elegidos en sus fotos.

Yo para calibrar y perfilar uso el Eye One Display 2, cuesta alrededor de los 150 euros. Imprescindible si eres fotógrafo profeisonal e igual de imprescindible si te encanta la fotografía.

Si queréis profundizar más sobre el tema del color, echad un vistazo a la página de Hugo Rodriguez, un experto en estos temas.

 

Written by Vicente Alfonso