El cachondeo del revelado en papel

Cuando alguien busca un servicio serio, que le ofrezca todo tipo de posibilidades y que imprima como a uno le gusta, se convierte en una tarea bastante complicada. Muchas tiendas parece que han centrado su mercado en una especie de segundo plano, en donde no importan los colores, el encuadre y los tamaños reales, sino simplemente atraer a las personas que se coforman con ver sus fotos en papel.

Para los que si nos importa obtener un buen resultado, lo más parecido a lo que vemos en pantalla, la cosa se pone fea y más aún después de mi experiencia con una empresa habitual a la que voy a tener que dejar de ir.

En dicha empresa he tenido siempre algún tipo de problema con el revelado y siempre que he buscado soluciones o alguna forma de conseguir un buen resultado se han interpuesto sus empleados, generalmente por desconocimiento y porque no es su negocio.

Pedir algo tan simple como un perfil de color de la impresora, se vuelve un problema en contra, en donde parece ser que debe haber intereses oscuros por mi parte de hacer algún tipo de competencia. Por lo que como entenderéis, será imposible conseguir los colores que realmente busco, a no ser que entre millones de posibilidades tenga la suerte de coincidir (ese día echaré el euromillón).

Como segundo ejemplo que me hizo una gracia que no he parado de reirme hasta hoy, es revelar a un tamaño y que cuando te entregan la foto en su papel correspondiente veas que el tamaño es casi 2 centímetros más pequeño que el que pedistes, por lo que la foto sale cortada. Os aseguro que te quedas con cara de tonto cuando recoges las fotos y ves que aparece un recorte enorme que no se corresponde con el encuadre que había hecho. Entonces dado que ya había probado con otras medidas, me di cuenta de que la medida se correspondía con otras pruebas que había hecho,  pero sin embargo el papel que había encargado era mayor, por lo que no podía ser posible. Asi que por si las moscas, decido medir con regla el tamaño del papel y me llevo la sorpresa que os comentaba, que faltaban casi dos centímetros en su longitud más larga.

Y eso cuando no ocurren otras cosas increibles, como revelar a un tamaño concreto, con la foto perfectamente proporcionada para ese tamaño y que dentro del papel te metan la foto a otro tamaño mayor, por lo que de nuevo aparece la imagen recortada.

Pero lo peor de todo, es que no puedas hacer nada, hablas con los empleados y les importa una mierda, o incluso peor, te miran como un bicho raro, ya que debo ser el único idiota que aún con todos esos problemas lo sigue intentando. Si al menos hubiera gente cualificada, que intentara ayudar o guiar un poco con los problemas que pudiéramos tener cada uno, todo sería mucho más fácil de solucionar y así estar todos contentos.

Al final todo acaba en mosqueos, cosas imposibles de solucionar y por fin, cambiar de tienda.

Mientras tanto, que sigan con la clientela que buscan, gente que no diferencia un azul de un verde, que si aparece una pierna cortada no les importa porque a ellos se les ve la cara y que si piden un tamaño y les dan otro les importa un carajo mientras lo tengan en papel.

Siento no dar el nombre de la empresa, pero no es mi intención señalar a nadie públicamente.

Written by Vicente Alfonso