Fotografía nocturna, cosas que debes saber

La fotografía nocturna es una de las disciplinas con más capacidad para innovar, artísticamente hablando. Los reflejos, las luces, los contrastes y otros distintos tipos de factores, nos dan diferentes opciones de composición a cada cual más interesante.

Pero si algo tiene este tipo de fotografía, es su complejidad a la hora de su correcta realización y a buen seguro necesitaremos varias tomas para llegar a conseguir lo que realmente estábamos buscando.

Hoy quería comentar algunas de las opciones que tenemos para hacer este tipo de fotos, en función de la iluminación, especificaciones técnicas de nuestra cámara, accesorios y de algunos objetivos.

El uso de la Iluminación artificial:

Este es uno de los principales instrumentos para conseguir fotografías con poca luz, estoy hablando de el flash.

Con este instrumento conseguiremos generalmente evitar la trepidación y congelar la imagen. Pero también tiene sus restricciones, ya que su profundidad de iluminación es bastante limitada, su luz puede romper la ambientación de la escena y si lo usamos sin cuidado, producirá distintos tipos de destellos y brillos bastante molestos.

Dependiendo del tipo de ambientación que busquemos, su uso será o no necesario. Pero siempre viene bien tener uno a mano, y a ser posible uno externo con bastante potencia, ya que el de la cámara será bastante inútil en la mayoría de las ocasiones.

El uso del trípode:

Es nuestro principal compañero de viajes en este tipo de fotografía.

Con el uso del trípode podremos conseguir fotografías con gran profundidad de campo, con tiempos largos de exposición e incluso usarlo aún cuando la velocidad de obturación no llegue a ser un problema, y así jugar con la iluminación de la escena y nuestra creatividad.

Jugar con velocidades de exposición lentas, las luces de la noche (coches, estrellas…) y el movimiento en general de la escena, puede darnos fotografías muy dinámicas.

Incluso podremos aprovechar para hacernos un retrato, como en la foto anterior.

El uso de objetivos luminosos:

La luminosidad de un objetivo lo dará la apertura del diafragma, cuanto menor sea la f, mayor será la luz que reciba el sensor y mayor será la velocidad de obturación que podremos usar.

Este tipo de objetivos son realmente útiles y obligatorios en cualquier equipo fotográfico, por su versatilidad, tamaño y facilidad de uso. Suelen ser focales fijas de 50 mm, y tienden a ir desde f1.8 hasta f1 o menores, consiguiendo captar tanta luz, que parecerá mentira poder sacar fotografías en algunas zonas sin apenas luz.

Su uso nos dará la satisfacción de tomar fotografías sin el uso del trípode, y manteniendo la iluminación artificial de la noche, produciendo unos efectos de bokeh realmente preciosos con los distintos tipos de luces. Incluso cuando no haya nada interesante a la vista, disparar con este objetivo puede suponer una verdadera gozada después de ver los resultados.

El único pero que se le podría poner, es lo difícil de enfocar en el punto adecuado. A esas aperturas se produce un desenfoque tan brutal, que el movernos un milímetro delante o detrás es más que suficiente para fallar en el enfoque, y si a esto le sumamos la poca luz de la zona, la cosa puede hacernos desesperar. Es aconsejable el uso del enfoque manual.

El uso de los parámetros de nuestra cámara:

A todo lo comentado anteriormete le podemos sumar lo que voy a contar a continuación.

Todos los modelos de cámara disponen de distintos valores ISO que podremos variar en cualquier momento, y que en función de nuestro modelo podremos usar unos valores más o menos altos.

Generalmente cualquier reflex se mueve bien entre valores de 200 y 400 ISO, incluso 800. En el sector más profesional podremos usar valores de incluso 1600 y 3200 ISO perfectamente aprovechables.

Para comprobarlo es bien sencillo, haz varias fotos en una misma zona variando el ISO de menos a más, y haz zoom en la foto. Cuando empieces a notar que la foto pierde nitidez y aparece una especie de grano, será el momento de bajar el ISO y fijarlo en función de nuestras preferencias (dependerá mucho de la cantidad de luces y sombras de la escena).

A parte, las cámaras suelen tener tres modos de medición, puntual, ponderada y matricial. Y haciendo buen uso de ello, quizás podamos sacar algunas fracciones de segundo vitales para que la foto no salga trepidada. Aunque sobre los modos de medición hablaré más específicamente en la categoría de curso de fotografía.

A groso modo estas son algunas de las características y especificaciones que deberemos conocer para que la fotografía nocturna, sea nuestra nueva diversión.

¿Qué consejos se os ocurren a vosotros?

Written by Vicente Alfonso