El RAW es el negativo de la era digital, es un archivo que guarda toda la información posible recogida al hacer una foto, y del cual podemos recuperar lo que queramos con un programa adecuado de revelado digital. Eso si, no siempre es posible recuperar toda la información, como por ejemplo en zonas quemadas (zonas sobreexpuestas).
Pero a parte de esos pequeños detalles que no podremos arreglar correctamente, el RAW nos ofrece todo lo que un laboratorio digital nos ofrecía hace años. Correción de exposiciones, balance de blancos… y un largo etcétera. Aunque si por cualquier motivo, necesitas también disparar en JPG, podrás usar la opción de grabar en RAW+JPG, con el único inconveniente de la mayor necesidad de espacio en la tarjeta y disco duro, y una disminución en la velocidad de disparo en ráfaga.
La foto que veis arriba es un ejemplo de lo que nos puede ocurrir un día cualquiera con las prisas, una foto con muchos parámetros mal configurados. Pero por suerte hemos disparado en RAW, y con nuestro programa de revelado digital habitual vamos a corregir la foto hasta dejarla en perfectas condiciones.